jueves 21 de agosto de 2025
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Matteo Renzi explica cómo es negociar con Putin

Analistas y diplomáticos en estos días tienen dificultades para prever lo imprevisible: los resultados del esperado encuentro en Alaska, hoy, entre el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, y el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin. Será el primero con un presidente estadounidense en ejercicio desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.

“El hecho es que, paradójicamente, en la reunión del viernes, lo que dirá Putin es más previsible que lo que hará Trump”, dice Matteo Renzi, líder de Italia Viva, que como presidente del Consejo de Ministros en Italia se reunió muchas veces con el jefe del Kremlin, solo superado estadísticamente por Silvio Berlusconi. Renzi responde desde unos días de vacaciones con su familia, y no en compañía de Barack Obama como escribió ayer el exconsejero “griego” de Trump, George Papadopoulos: una falsa exclusiva que es, en realidad, fake news, pero que demuestra la voluntad de ciertos personajes cercanos al mundo Maga de seguir diluyendo la verdad sobre el llamado “Russiagate”.

“Aunque nunca tuve un encuentro bilateral con Trump, sí tuve varios con Putin”, dice Renzi. “Y, juzgando por cómo trabaja Trump, el elemento de imprevisibilidad no está en que Putin pueda llegar a un nuevo acuerdo con Estados Unidos, sino en dónde pondrá el punto final el jefe de la Casa Blanca. Eso es totalmente imprevisible”.

Pero hay más, porque la historia enseña que sentarse a la mesa con Vladímir Putin, iniciar una negociación con él, sobre todo después del comienzo de su guerra contra Ucrania, es una de las pruebas más difíciles para un líder. El diálogo oscila siempre entre demostraciones de fuerza y una cordialidad poco sincera: “Desde la primera llamada telefónica que hice con él esperaba un tono de voz enérgico, asertivo. Y, en cambio, siempre usa ese tono de voz bajo, casi monótono”, el que sirve para construir la imagen de un líder “calmado y razonable. Y de ahí se intuye también su formación en inteligencia”, dice Renzi.

Con tácticas de estudio del interlocutor muy similares a las que se usan en espionaje, pero también intentos de mostrarse cercano, cordial: “Una vez teníamos una reunión en Italia, y él llegó con media hora de retraso — poquísimo, para sus estándares— y me dijo: “Perdona, estuve cenando con Berlusconi y nos dieron las seis de la mañana, deberías venir también tú la próxima vez”, y yo le respondí: “no, gracias, sois demasiado jóvenes para mí”. Esos momentos de aparente ligereza de Putin forman siempre parte de una táctica dialéctica: “Incluso su método de construir el discurso”, dice Renzi, “siempre con una, dos o tres premisas y luego una conclusión lineal, hace entender que siempre está extremadamente atento a la articulación del razonamiento”.

Trump es todo lo contrario, si no dominado sí muy influenciado por las emociones, como escribió en su autobiografía la excanciller alemana Angela Merkel.

Un mes después de los Acuerdos de Minsk II, firmados en febrero de 2015 y mediados para la UE por el entonces presidente francés François Hollande y la canciller Merkel, Renzi fue uno de los primeros líderes europeos en volver a Moscú. Y el gobierno italiano, durante el semestre de presidencia europea, propuso a Ucrania —entonces presidida por Petro Poroshenko— y a la Rusia de Putin, el “modelo tirolés”: reconocía “la identidad territorial ucraniana” para las regiones de Donetsk y Lugansk, pero con una autonomía rusófona, sobre todo fiscal. En aquel momento Putin se dijo favorable, pero Poroshenko se opuso.

Solo que, respecto a esa idea de hace diez años, el mundo ha cambiado. Renzi recalca que “esa propuesta no quita nada al hecho de que consideremos a Putin completamente responsable de la guerra iniciada en febrero de 2022”. La diferencia, más bien, es que “la Italia de entonces tenía ideas, hacía verdadera política exterior. Organizábamos los encuentros, como el de Milán en 2014, no porque necesitáramos una oportunidad fotográfica”.

Y aunque todos estudian los dosieres y se preparan para los bilaterales —”no creas las tonterías de quienes llegan sin preparación”—, hoy “no hay ninguna propuesta de Italia. La diferencia con nuestros tiempos, con los de Prodi y Berlusconi, que en su excentricidad tenían propuestas, es que Meloni, como mucho, dice “vengan a hablar conmigo a Roma o al Vaticano”. Es una grandísima organizadora de eventos, pero no hay ni una sola propuesta. Y los dosieres los estudia, pero el problema también está en algunas personas de su equipo, puestas ahí por amiguismo, que cometen errores que no ha cometido nadie. Como estar media hora al teléfono con un cómico ruso creyendo que era un líder africano.

El expresidente francés Hollande dijo ayer al Financial Times que “la técnica de Putin es mentir de manera profesional”: “Soy testigo de que Hollande siempre consideró a Putin un hombre poco fiable, me lo decía explícitamente”. Una frustración y una certeza que también tenía el ex primer ministro japonés Shinzo Abe, otro líder que formó parte de la política exterior renziana y que fue asesinado en 2022 (Renzi fue el único político italiano que asistió a su funeral). Durante años, Abe negoció con Putin un acuerdo sobre los llamados Territorios del Norte que nunca se concretó: “Abe estaba aterrorizado por China y enfadado con Rusia, porque el norte para ellos era un problema; veía crecer la expansión china y sufría mucho cuando Putin y Xi Jinping se ponían de acuerdo”.

Pero la del Extremo Oriente ruso es otra partida para Putin. “Nuestro intento de hace diez años”, no solo como Italia sino como Europa, era “crear un acuerdo ventajoso” con garantías de seguridad para todos. Y el líder de Italia Viva cita el famoso artículo del exsecretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, que poco más de un mes después de la invasión de Crimea por parte de Rusia, hace once años, escribió en el Washington Post: “Occidente debe comprender que, para Rusia, Ucrania nunca podrá ser solo un país extranjero” y que “la política exterior es el arte de establecer prioridades”.

“Pues bien, nosotros teníamos una visión kissingeriana. Hoy el verdadero problema es que, aunque se logre un acuerdo en Alaska, temo que no será ventajoso para Ucrania”.

Publicado en Agenda Pública el 17 de agosto de 2025.

Link https://agendapublica.es/noticia/20094/es-negociar-con-putin-analizado-quien-realmente-hecho-version-renzi?utm_source=Agenda+P%C3%BAblica&utm_campaign=45a6d4ba68-EMAIL_CAMPAIGN_2020_10_08_05_49_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_452c1be54e-45a6d4ba68-567855179

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