La socióloga e investigadora del CONICET, Liliana De Riz y el abogado constitucionalista, Antonio María Hernández, disertaron durante un encuentro convocado por la Fundación Alem. Ambos coincidieron en alertar sobre la degradación que atraviesa a los partidos políticos y el sistema de representación de la sociedad que explicarían en gran medida las razones por las cuales Javier Milei llegó a convertirse en Presidente pero, además, hubo concretas advertencias en torno a los intentos desde el poder político de disciplinar al Poder Judicial y, en particular, a la Corte Suprema de Justicia.
Desde sus distintos roles y reconocida expertise en el análisis político, la socióloga e investigadora del CONICET, Liliana De Riz y el constitucionalista, Antonio María Hernández, quien participó de la Convención Constituyente reformadora de la Constitución Nacional en 1994, disertaron durante un encuentro convocado por la Fundación Alem en el surgieron de sus respectivas exposiciones algunas coincidentes alertas sobre una situación de degradación de las instituciones del país como los partidos políticos pero también el Congreso de la Nación y el Poder Judicial. Para la De Riz “no se explicaría la llegada de (Javier) Milei a la presidencia sin entender la implosión del sistema de partidos y la enorme crisis de representación por parte de los partidos políticos que ya no representan a la sociedad” pero advirtió además que aún en plena vigencia “como en todo el mundo erosionada”, mientras que Hernández no ahorró críticas hacia la administración ‘libertaria’ y, en ese marco, advirtió que se trata de un gobierno que ha apelado en su gestión a DNU dictados de manera ´groseramente inconstitucional” y no dejo de destacar que “no sólo nos hemos quedado sin partidos políticos sino, en términos generales, sin instituciones” lo que “entraña un peligro” para la democracia.
La reunión virtual convocada bajo el lema ‘Reflexiones sobre las instituciones políticas argentinas a cuatro décadas de la recuperación democrática’ comenzó con la ‘bienvenida’ a los expositores y a la nutrida concurrencia por parte del presidente de la Fundación Alem, Agustín Campero, tras lo cual la coordinación del encuentro fue coordinado por el presidente de la comisión de Justicia, Miguel Piedecasas, quien hizo la presentación formal de De Riz y Hernández, a cuyas exposiciones le siguieron numerosas preguntas en las que ambos ahondaron acerca de sus reflexiones en torno a la situación que atraviesan las instituciones republicanas en la Argentina.
En su exposición inicial, De Riz reivindicó la relevancia que tuvo la discusión y el debate político que se generó allá por 1983 con la recuperación de la democracia. Consideró que “entre los años 1983 y 1989 el Congreso de la Nación fue un espacio de formación de una nueva dirigencia política; los jóvenes radicales, los jóvenes peronistas de lo que se conocía como la ‘renovación peronista’ y hubo un consenso democrático había una oposición que salvo en temas como la ‘Ley Mucci’ fueron años de fuertes consensos democráticos” si se traza una comparación con lo ocurrido posteriormente con gobiernos que apelaban a los decretos, el híper-presidencialismo “que fueron dejando en un papel secundario al Congreso y a los partidos políticos”, refirió.
De todos modos, destacó que “desde ya la democracia subsiste” desde hace más de cuarenta años pero recorrió las circunstancias que atravesó durante la era del menemismo y la crisis del 2001 tras la que se produjo una “implosión” de los partidos políticos que en la décadas del ‘80 y del ’90 ejercían una representación de gran parte de la sociedad y, en ese repaso histórico se refirió al advenimiento del kirchnerismo en el poder con su representación “dominante y una oposición desarticulada y entonces cada vez más creció la desconfianza en las instituciones en general y en los partidos en particular”, describió. Y apuntó: “La década del ’90, a diferencia de la del ’80, con el menemismo y sus escándalos de corrupción llevó a poner más el foco más en la Justicia –los llamados ‘jueces de la servilleta’-, tras lo cual refirió que “después de la gran crisis del 2001 hubo una implosión del sistema de partidos políticos tal cual se conoció en la década de los años ’80”.
Reflexionó que el presente “nos colocar frente a cierta indiferencia porque los partidos políticos hoy son cáscaras vacías” lo cual se refleja “en la baja la participación electoral con el ausentismo preocupante porque ya nadie se afilia a los partidos y, de hecho, ya vivimos en una sociedad de redes sociales en las que la gente toma partido (sobre el debate político) aunque no esté afiliada a ningunos de ellos y por lo tanto el voto es volátil”. Aludió a la fracasada experiencia de Cambiemos en el poder entre el 2015 y el 2019 y la existencia de una “oposición fragmentada” por lo que “se asiste a un proceso como el que tenemos hoy; un panorama muy desolador porque no se explica la llegada de (Javier) Milei a la presidencia sin entender la implosión del sistema de partidos y la enorme crisis de representación por parte de los partidos políticos que ya no representan a la sociedad”, advirtió la socióloga e investigadora del CONICET.
En otro pasaje de su pormenorizado análisis, De Riz se focalizó en poner de relieve que si bien en la Argentina impera el sistema federal, la administración ‘libertaria’ ha logrado establecer, para la sanción de las leyes cuya aprobación le demanda al Congreso, una negociación directa con los gobernadores provinciales por lo que relega a un segundo plano la intervención del Senado. Juzgó que en ello juzgo una cuestión relevante como “la institucionalidad fiscal” y el Presidente Milei ha creado una “una singular situación” porque “cuando un gobierno tiene mayorías en (ambas cámaras) del Congreso sabemos que (el Presidente) puede ser un ‘emperador’ y el Congreso una escribanía y los años del kirchnerismo (en el poder) lo prueban”, describió.
“En el caso del Presidente Milei es una novedad que un partido minoritario y un gobierno minoritario actúe y negocie con los legisladores, aunque en realidad lo hace con los gobernadores” por lo cual “tenemos una bicameralidad ficticia porque el Senado (actúa) como una cámara nacional”, apuntó De Riz, quien reflexionó: “Entonces las negociaciones vía los gobernadores con los legisladores permiten encontrar consensos sin considerar a los partidos políticos. Estamos en un momento al que al transfuguismo se suma una fragmentación nunca antes conocida en la actual dimensión, fragmentación, transfuguismo, gobierno débil que, a su vez, tiene la capacidad de negociación” lo que implica “un gobierno al filo de la constitucionalidad porque aplica los vetos cruzados y se ufana de no ser un político aprovechando el clima de desprestigio de la política y los políticos”, argumentó.
Remarcó: “Así estamos con una perspectivas de instituciones muy degradadas porque el Congreso no es sino lo que son los partidos políticos y no sólo esos partidos políticos son cáscaras vacías sino que sus representantes carecen, como lo muestran algunos, de la idoneidad para desempeñar semejante responsabilidad”, cuestionó De Riz.
Y completó: “Y si la década del ’90 fue una década en la que democracia y economía de mercado parecían que iban a durar para siempre y el menemismo conciliaba la política con el neoliberalismo en la economía además de una descarada dependencia de la justicia y los años que sucedieron con las casi dos décadas de kirchnerismo con lo que se llamaba ‘justicia legítima’ nos muestra la degradación no sólo del Congreso sino del Poder Judicial. “Estamos en un momento muy difícil”. Advirtió y apuntó “la justicia también intervienen en nombre de grupos de presión aceptando (medidas) cautelares, frenando reformas estructurales importantes que nuestro país necesita”.
De Riz remarcó: “La democracia es resiliente; aquí está pero, como en todo el mundo, erosionada porque estamos en tiempo de cambio que son asombrosos, en tiempos de representados que ya no son los colectivos de la sociedad industrial en la que emergió la democracia como régimen político y sí tenemos una especie de tribus virtuales por ahora en lucha pero no tenemos una estructuración política porque también implosionó la coalición en el eje peronistas y no peronistas que en el 2015 dio lugar al gobierno de (Mauricio) Macri que luego fue sucedida por las versiones kirchneristas”.
“Pero hoy, con (Javier) Milei, explotó todo y sencillamente no tenemos dos grandes coaliciones y tenemos que lo que se llama ‘mileismo’ que se reivindica como un movimiento en la mejor tradición del peronismo y tenemos el kirchnerismo que es el peronismo arropado de particular manera y entonces enfrentamos ante este dilema que plantea el gobierno entre ‘mileismo’ y kirchnerismo y están diluidas las alternativas de centro y de centro moderador que esperemos que prospere en medio de un sistema político absolutamente desmantelado”, describió con crudeza la socióloga De Riz.
Tras la exposición de De Riz, explicitó su ponencia alrededor del lema ‘Las instituciones políticas a cuatro décadas de la recuperación democrática”, el abogado constitucionalista, Hernández, ex miembro de la Asamblea Constituyente de reforma constitucional de 1994. En el inicio de su alocución expresó que cuando se aborda la vigencia durante más de 40 años de la democracia en la Argentina resultaba insoslayable “decir que fue uno de los momentos más importantes del radicalismo” y, al mismo tiempo, refirió que “es indiscutible que en el análisis comparativo” de lo que sucedió a lo largo de algo más de cuatro décadas “la figura de Raúl Alfonsín ocupa ¡por lejos! el primer lugar en varios aspectos” de la institucionalidad “y fundamentalmente en algo que para nosotros resulta esencial como lo es la vinculación entre ética y política”.
“Tengo una visión no solamente triste sino muy crítica de lo que nos ha ocurrido para llegar a la situación actual”, dijo Hernández, quien si bien coincidió con De Riz que se trata de una situación que no sólo alcanza a la Argentina sino en otros países “ahora la opción es democracia versus populismo en cualquiera de sus variantes ya sea de izquierda o de derecha porque es lo mismo en sus efectos sobre la instituciones democráticas”, tras lo cual señaló que “estamos en una situación realmente muy compleja, muy seria, muy complicada” y resueltamente enfocó sus críticas hacia el gobierno libertario de Javier Milei al que le enrostró ejercer una gestión de gobierno “por decretos de necesidad y urgencia dictados de manera groseramente inconstitucional” pero advirtió que ese mecanismo de administración se da en muchos de los gobiernos a nivel provincial como también en muchos municipios de la Argentina”.
Hernández también, desde el inicio de su disertación, cuestionó lo que consideró una “lamentable conducta del Congreso de la Nación” al criticarlo por actuar en los últimos tiempos “alejado del cumplimiento de su misión constitucional”, aunque luego fue contemporizador con el Parlamento al recordar el rechazo al DNU de Milei por el cual se destinaba 100 mil millones de pesos para la SIDE tanto como destacó la sanción de los proyectos vinculados al financiamiento universitario y el que declara la emergencia del Hospital Garrahan.
El constitucionalista, abordó luego, la situación de instituciones como los partidos políticos y en sus expresiones mostró su preocupación en ese sentido: “No sólo nos hemos quedado sin partidos políticos sino, en términos generales, sin instituciones” lo que lo llevó a decir que tal circunstancia “entraña un peligro” para la democracia. Pero Hernández incorporó a su exposición otra cuestión a la que le otorgó extrema relevancia como el de la corrupción. “Argentina no es sólo (un país) de un Estado corrupto sino de una sociedad corrupta. Estamos muy lejos del artículo 36 de la Constitución Nacional que les recuerdo elevó a la categoría de delito constitucional el delito del enriquecimiento ilícito en la función pública” y en el que se considera como “un ataque a la democracia” ese tipo de prácticas por parte de los funcionarios del Estado.
Hernández le imprimió a su exposición cierto grado de actualidad cuando reparó en el flagelo de la corrupción en el Estado “y nos vamos acercando a la cuestión de la situación del Poder Justicia”, dijo y ubicó su análisis en la llamada ‘Causa de los Cuadernos’ en la que se halla acusada la ex Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, entre otros imputaos, y al respecto puntualizó: “La causa de los cuadernos es mucho más grave e importante tiene mayor cantidad de imputados que todo el ‘Lava Jato’; es una de las causas más importantes de la historia argentina y una de las más importantes del mundo”, advirtió. Y renovó su embestida verbal hacia la administración de Milei al advertir que era “absolutamente inconcebible que prácticamente no haya habido reacciones frente un acto de corrupción indiscutible como fue la causa $LIBRA con todos estos personajes que entraban a la Casa de Gobierno y que estaban al lado del Presidente (Milei) en el momento en que mando el tuit” en el que promocionaba esa operación.
Cuando avanzó sobre la situación del Poder Judicial, el constitucionalista aludió a los intentos del Presidente de avanzar con la designación de dos candidatos para completar la integración del más alto tribunal de Justicia del país. “Lo inconcebible es que haya propuesta al juez (Ariel) Lijo cuando cualquiera sabe en la Argentina que es uno de los peores representantes que tiene Comodoro Py en tanto y en cuanto lo que significa una Justicia que no sólo no investiga la corrupción sino que directamente lo que alienta es algo mucho más grave que lo que se llama la impunidad”, dijo Hernández.
Rescató el rechazo que en su momento dictó el Senado respecto de os pliegos de designación para integrar la Corte Suprema de Justicia de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla al tiempo que destacó como “importante” la labor que vienen cumpliendo los actuales miembros del máximo tribunal, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Dijo que la tarea de los tres magistrados se constituye en “lo único que se puede señalar como vigencia del sistema institucional y del sistema republicano que nosotros tenemos que defender. “En el tema del funcionamiento del Poder Judicial es esencial que los jueces cumplan adecuadamente sus responsabilidades y, obviamente, ello va a ser clave para que nosotros podamos frenar el accionar inconstitucional del híper-presidencialismo reinante”.
Hernández, ya en el tramo final de su exposición, enlazó el eje del encuentro convocado por la Fundación Alem en torno a ‘las instituciones políticas a cuatro décadas de la recuperación democrática’ con la violencia verbal a la que apela frecuentemente Milei para referirse a la oposición política tanto como a los periodistas. “Nunca en la historia argentina hemos tenido un Presidente que haya tenido una capacidad de insultar, de denostar, de agraviar, de descalificar a todo el arco opositor pero también a la Justicia en general y al Congreso; nunca en la historia argentina se ha visto una situación de tamaña bajeza en materia de calidad institucional como la que nosotros estamos viviendo”.
Y completo al respecto: “Este es el nivel de decadencia que tiene hoy la Argentina y esto nos indica qué clase de Presidente es Milei y que grave es la situación a la que ha llegado la Argentina”, tras lo cual refirió: “Imagínense si nosotros comparáramos, hablando de conductas públicas, del ejemplo y de la dignidad que tiene que tener quien ejercer el cargo de Presidente si nos retrotraemos en la historia y viéramos como actuaban Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Arturo Illia o Raúl Alfonsín y comparásemos esa forma de actuar con las del actual Presidente. Pensemos en esto para saber hasta dónde está llegando la decadencia argentina”.