sábado 26 de julio de 2025
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Lilia Puig y Ricardo Carciofi debatieron sobre ‘Argentina y los desafíos del MERCOSUR’

Ambos disertaron y compartieron un profundo análisis durante un encuentro convocado por la Fundación Alem  tanto sobre las políticas arancelarias proteccionistas de la administración norteamericana de Donald Trump y su impacto en el sistema comercial del mundo como el grado de avance del acuerdo que procuran sellar definitivamente el MERCOSUR y la Unión Europea así como que esa asociación juegue un rol en dirección a sostener un multilateralismo a nivel internacional.

Desde sus distintos roles y experiencias profesionales y políticas, el economista, investigador, Máster en Desarrollo Económico, Ricardo Carciofi y la politóloga, investigadora del CONICET y miembro del Parlasur, Lilia Puig, compartieron un profundo análisis de los desafíos que enfrenta el MERCOSUR a partir del comportamiento del sistema del comercio internacional ante las medidas proteccionistas que en materia comercial ya ha desplegado, aunque aún en parte, el gobierno de los Estados Unidos que encabeza el Presidente, Donald Trump y, por otro lado, el grado de avance del planteado acuerdo entre el MERCOSUR y la Unión Europea.

Carciofi hizo un exhaustivo análisis del impacto de las políticas comerciales proteccionistas que se propone consolidar el gobierno del Presidente de EE.UU, Donald Trump tanto como dejó abierto un sinfín de interrogantes sobre cómo podrían reaccionar ante éstas el resto de los países así como la relación de la administración norteamericana con Argentina y Brasil mientras que Puig enlazó el escenario que se plantea con algunos de los aspectos abordados por el economista para focalizarse en el curso del avance de un acuerdo entre el MERCOSUR y la Unión Europea.

Tras la presentación del encuentro a cargo del Presidente de la Fundación Alem, Agustín Campero y cuyo desarrollo fue coordinado por Pablo Losada Castro, tanto Carciofi como Puig, reflexionaron ante una nutrida asistencia a la reunión virtual convocada bajo el lema ‘Argentina y los desafíos del MERCOSUR’, en cuyo transcurso y, para contextualizar la cuestión bajo análisis, el economista dejó en claro que “la política comercial que está llevando adelante Trump, en esta versión de su segunda presidencia en EEUU, representa un cambio de visión, en cuanto al orden internacional, e nunca visto e, incluso, tiene matices diferentes” a lo que sucedió durante su primer gobierno en su país.

“Lo que hace (Trump) es volcarse hacia el proteccionismo que se evidencia en el nivel de los aranceles que vienen siendo aplicados. Para los principales socios comerciales de los EEUU esto se refleja en niveles de tarifas que van del 2% ó el 3% al 8% o el 10% y, en el caso de China que ya había sufrido tanto en la primera presidencia de Trump como después durante la gestión del (Joe) Biden, pasa del 10 al 50% y ya no medido por las alícuotas sino por la recaudación efectiva, es decir la importación proveniente de ese país respecto de lo que se recauda por aranceles”, describió Carciofi.

Explicó que la instrumentación que hace Trump de las políticas, a través de las llamadas ‘órdenes ejecutivas’,  respecto del comercio “están todas amparadas en facultades extraordinarias que él tiene en virtud de leyes que vienen de los años ’60 y ’70 e, incluso, algunas que vienen de aún más antigua data” pero al poner en marcha tales medidas “hay un inmediato impacto” ya que juzgó que “se vulneran principios básicos del sistema de organización internacional del comercio que van desde la cláusula de la Nación más favorecida así como las garantías de acceso al mercado, la consolidación de aranceles dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la validez de los acuerdos regionales establecidos en la OMC –caso paradigmático es lo que decidió respecto de Canadá y de México- o los mecanismos de solución de disputas”.

Carciofi remarcó que “lo que está siendo liquidado, conjuntamente con esa la vuelta a un extremo proteccionismo, son los principios rectores del sistema multilateral de comercio” desde el país que “paradójicamente fue el que lo organizó y se benefició en mayor proporción”, puntualizó, tras lo cual consideró que “se abre un escenario incierto respecto a cómo se va a desarrollarse el futuro y de hecho aún los niveles arancelarios por parte de EEUU no están totalmente definidos, aunque si se habla del 1 de agosto, en que se definirían niveles arancelarios respecto de la Unión Europea” que aún “no están totalmente establecidos” lo que genera un “nivel de incertidumbre sobre de dónde van a quedar” esos niveles de tarifas aduaneras.

Al avanzar en su análisis sobre el impacto que tendrán las medidas en materia comercial que se propone consolidar la administración de Trump, el economista planteó que otro punto relevante será determinar como “reaccionan (ante ellas) el resto de los países”. Explicó que si bien EEUU “es una economía grande participa en un 13% o en un 14% del comercio mundial por lo que se puede plantear qué va a pasar con el otro 85%; cómo se van a comportar los grandes partícipes de ese 85%; ¿es Estados Unidos el que queda aislado en esta conducta singular y los otros seguirán más o menos operando conforme a la reglas del comercio internacional?”, planteó como interrogante y, en ese sentido, dijo que, por ahora, “esto no está claro”.

“Por el momento las respuestas a las medidas estadounidenses han sido receptadas con cierta cautela; ningún país ha reaccionado con actitudes por fuera de los cánones y aún actúan conforme a las reglas del sistema. La pregunta es si esto se podrá mantener y hacia dónde se organiza el sistema multilateral (de comercio), es decir si será un grupo del 85% versus un 15% y surge un liderazgo dentro de ese 85% y un candidato natural podría ser la Unión Europea u otro candidato podría ser China. ¿Habrá una coalición que permita salvar lo que queda del sistema?, es una pregunta muy relevante que además dependerá de cómo reaccione el ‘socio’ que está atentando contra el funcionamiento (de ese sistema) que es Estados Unidos”, puntualizó Carciofi al dejar planteado otro de los interrogantes que se plantean. Y completó: “Es un escenario incierto y en curso”.

Desde ese escenario planteó que “hay tres desafíos” que le plantean al MERCOSUR y puntualizó que “el primero y central es ver cómo reacciona frente a este tema y cómo reaccionar los países del MERCOSUR. Esta la posibilidad de que si existe un interés de los países en salvar, insisto, el sistema multilateral, de jugar a favor o cómo se van a alinear. Lo que está claro es que un mundo sin reglas, sobre todo para nosotros que somos partícipes muy menores en el comercio mundial no nos conviene” por lo que “la natural reacción sería jugar con aquellos actores que, de alguna manera, podrían salvar el sistema”.

Carciofi dejó planteado como interrogante si el MERCOSUR será capaz de actuar o coordinar posiciones o sus países miembros van a tener “propuestas disonantes respecto  a este elemento de construcción que queda del sistema multilateral”, tras lo cual expresó que “el segundo desafío es como se van a asimilar los impactos de los flujos comerciales porque lo que está claro es que, si bien EEUU representa alrededor del 14% del comercio mundial, hay cinco principales países, que son los socios fuertes del comercio estadounidense, que van a tener dificultades, aunque no sé si por entero, de colocar sus exportaciones allí, pero sí van a tener mayores dificultades de acceso”, por lo que dejó planteado como otro interrogante ¿Hacia dónde va a ir ese comercio en el caso particular de la Unión Europea, China y algunas economía de países del Sudeste Asiático?”. “Para Argentina que está persiguiendo una apertura comercial quizás no sea una dificultad pero para Brasil seguramente lo va a ser y acá tendríamos una cuestión de cómo se ubicaría uno y otro socio del MERCOSUR”.

“El tercero de los desafíos es el tratamiento diferencial que está teniendo EEUU respecto de los dos socios principales del MERCOSUR, es decir Brasil y Argentina. La carta disponiendo el aumento del 50% de los aranceles para Brasil es una dificultad para el MERCOSUR; esa carta alude a los temas políticos pero después esto fue tramitado a través del Departamento de Comercio de Estados Unidos y hay preocupaciones con el sistema de pago, con los aranceles, con el tema de propiedad intelectual, el tema del etanol y también por los temas informáticos”, refirió Carciofi, quien al abordar la cuestión en el caso de la relación de Estados Unidos con la Argentina, el economista dijo que “de acuerdo a las informaciones que trascienden parecerían que están bien encaminadas. Argentina negoció la posibilidad de otorgar 50 posiciones para aceitar y flexibilizar la negociación con EEUU pero hay otros temas” entre los cuales el economista mencionó la cuestión de la propiedad intelectual y comercio informal.

Carciofi advirtió que “se ha simplificado el tema diciendo que si Argentina quiere negociar con EEUU debería salir del MERCOSUR; hay una gama de negociaciones bilaterales posibles” por las que nuestro país “no tendría por qué salir del MERCOSUR”, precisó el economista pero abrió un nuevo interrogante cuando señaló que hay que ver “cómo se resuelve” la cuestión que involucra a ambos países –socios principales del MERCOSUR- lo que llevó a plantear que en relación a la construcción del sistema de comercio multilateral y al acuerdo entre la Argentina y la UE “la pregunta es cómo se van a ubicar estos dos socios que hoy están ubicados en rincones muy diferentes con respecto a un conflicto que no es menor, que es delicado y del que no está claro cómo se va a salir de entredicho entre Brasil y Estados Unidos”, advirtió.

Puig vinculó, en el inicio de su disertación, aspectos planteados por Carciofi con el contexto en el que se está desarrollando del proceso de aprobación de los acuerdo firmados por los Presidentes de los países del MERCOSUR y la Comisión Europea en torno a un acuerdo de asociación entre ambas regiones pero advirtió sobre las demoras que han surgido “en el análisis jurídico del texto del entendimiento”.

La politóloga, miembros del Parlasur, sostuvo que “hay muchos elementos que juegan mucho en este proceso”, tras lo cual se focalizó en hacer hincapié en un repaso de los últimos tres años desde que se constituyó la comisión de seguimiento del Parlamento del MERCOSUR –que ella integra- en torno al comportamiento de las cancillerías de los países del bloque en torno a “este acuerdo que no es un acuerdo estrictamente comercial” porque “es la creación de una asociación entre la Unión Europea y el MERCOSUR”, lo cual “supone que estamos frente a un acuerdo que no contempla solamente cuestiones de carácter comercial”, advirtió.

“No es sólo una problema de aranceles, de tarifas y de cuotas sino que es también un acuerdo que contempla aspectos normativos” que –recordó Puig, habían sido mencionados por Carciofi en su exposición y remarcó entonces la necesidad de poner atención en que “hay una intención, por lo menos del lado europeo, de que esta asociación juegue un papel en términos de sostener un multilateralismo a nivel internacional”. Y completó: “Esto se dice en el acuerdo, se conversó en la dos veces que tuve la oportunidad de conversar con parlamentarios tanto en el 2023 en Bruselas2 como en su reciente visita a Estrasburgo “y la referencia permanente es la importancia que tiene el acuerdo en términos de sostener el multilateralismo”

En tal sentido, Puig, integrante de la comisión del MERCOSUR de seguimiento del acuerdo precisó que tanto en el documento que se firmó en el 2019 con la adenda suscripta el año pasado en un encuentro de los Presidentes en Montevideo “hay una preocupación firme también por mantener del orden multilateral en el orden internacional e, incluso, hay una referencia concreta a cada una de las organizaciones cada vez que el texto lo permite como la Organización Mundial de Comercio y a cada uno de los compromisos internacionales que se tienen en materia ambiental, climática, comercio, trabajo”, detalló.

La referente de la Fundación Alem y, específicamente, en su rol en el plano de su participación en el MERCOSUR, Juzgó: “Evidentemente, puede deducirse, hay de parte de los europeos, de aprovechar esta asociación para también jugar un rol en forma conjunta con el MERCOSUR para la defensa de este orden que hoy está cuestionado por la actuación tanto de los EE.UU como China así como Rusia en las distintas cuestiones en que se están involucrando y, además, por la debilidad propia de las Naciones Unidas también”, precisó Puig.

Remarco que el acuerdo que se plantea entre el MERCOSUR y la Unión Europea se constituye en un tratado que “fundamentalmente tiene varios objetivos. Uno es el sostenimiento del orden del multilateralismo y de reafirmar el derecho internacional de la post-guerra pero también hay un camino claro hacia la transición energética así como un camino claro hacia la creación de un orden económico, un desarrollo sostenible”, añadió Puig, quien advirtió, al mismo tiempo, que “en el proceso político interno de la Argentina vamos a tener un gran adversario para el acuerdo que es el peronismo kirchnerista que está en contra del acuerdo en función de sostener que no respeten los intereses regionales. Creó que ni lo leyeron el acuerdo”, ironizó.

Al margen de esa circunstancia, Puig insistió en destacar que el acuerdo entre el MERCOSUR y la Unión Europea “se transforma en un intento de construcción de una asociación que compita con las otras asociaciones que ya existen a nivel internacional” y, en ese contexto, puso de relieve que en uno de los documentos vinculados al comercio “me llamo la atención que destacan que los cuatro países constituyen, dicen ellos, la quinta economía del mundo con lo cual hay una apuesta muy fuerte, sobre todo de los españoles, quienes son los que están conduciendo dentro del parlamento Europeo el proceso político para lograr los votos que se necesitan tanto a nivel del Consejo como del Parlamento posteriormente”, destacó.

Puig planteó, en otro pasaje de su disertación, las dudas que se plantean en cuanto a “en qué medida una agenda tan amplia y tan comprometida va a poder ser abordada desde un plano institucional”, tras lo cual puso de relieve que una vez que esté aprobado en la Unión Europea -y los europeos que la impulsan están desesperados por su aprobación porque ellos tienen que resolver el problema del salto tecnológico en todo lo que tiene que ver con la cuarta revolución industrial y tienen que resolver el problema del abastecimiento  y donde los proveedores de materia prima estamos de este lado más toda una cuestión del desarrollo sustentable que es parte de la agenda propia de ese mundo europeo que nos viene a buscar ahora, un poco tarde, cuando las ‘papas queman’”, graficó, aunque dijo luego que también “nosotros los necesitamos”, apuntó la politóloga radical.

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