domingo 7 de julio de 2024
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La reforma constitucional de 1994 que marcó un jalón en la consolidación de la democracia

Hace 30 años la Argentina comenzó a transitar 90 días históricos para la institucionalidad del país al iniciar la Asamblea Constituyente que llevó adelante la reforma de 1994 que estuvo signada por hitos que no pueden soslayarse. El primero de ellos la unanimidad con la que al cabo de aquellos tres meses fue sancionado el nuevo texto de la Carta Magna y, el segundo, el haber sellado dejado proclamado su imperio aún cuando se interrumpiese por actos de fuerza que pudiesen ejercerse contra el orden constitucional. Dicho de otra manera: Se consagró la institucionalización, la defensa y la vigencia a ultranza de la democracia recuperada en 1983 con Raúl Alfonsín bajo el compromiso de aquellos 305 convencionales, entre los que se encontraba el ya entonces ex Presidente, pero que alcazaba desde ese momento a toda la ciudanía argentina.

¿Cómo poder Olvidar?, ese  25 de mayo en el que celebraba un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo en que se iniciaba esa Asamblea que daría origen a la nueva Constitucional Nacional, cuyo texto ordenado  de 129 artículos y 17 clausulas transitorias fue jurada por los constituyentes y por las entonces máximas autoridades de los Poderes del Estado en una histórica ceremonia el 22 de agosto de aquel año en el Palacio San José, en Entre Ríos, lugar en el que había residido Justo José de Urquiza y que habiendo sido declarado monumento histórico nacional cobijó a aquel magno acontecimiento.

Ese día del mes de mayo de 1994 los actos oficiales de la celebración patria se trasladaron a la provincia de Entre Ríos y, a media tarde, el país podría decirse sin exageración alguna se paralizó: Es que el Teatro Municipal de la capital provincial asistieron a la ceremonia de inauguración de la Asamblea Constituyente a la que asistió la casi la totalidad de la dirigencia del país pues la concurrencia no se agoto exclusivamente al entonces Presidente de la Nación, Carlos Menem, quien naturalmente presidió el acto, sino que en sus coqueta platea, cuyos asientos tanto como el resto de la sala, habían sido reacondicionados para la ocasión y entonces en la primera fila, se entremezclaron los máximos referentes de la política, como Alfonsín, el entonces senador nacional Eduardo Menem, quien fue elegido como Presidente de la Asamblea y Alberto Pierri, quien se desempeñaba como Presidente de la Cámara de Diputados.

Juntos a ellos, en esa primera fila estuvieron, entre otros, el otrora jefe del bloque de senadores nacionales del PJ, Augusto Alasino, su par radical, Carlos Maestro, y la diputada nacional jujeña, María Cristina Guzmán, referente del Movimiento Popular Jujeño del que había sido fundador su padre, Horacio Guzmán. Detrás de ellos se entremezclan  aquellos diputados y senadores que en su gran mayoría se aprestaban a jurar como convencionales constituyentes y en la ‘foto’ quedaba registrada un variopinto escenario político que hasta incluyó a aquellos convencionales, devenidos en políticos con pasado castrense y hasta ‘carapintadas’, como el ex coronel Aldo Rico, quien había sido el cabecilla de los dos primeros alzamientos contra la democracia en 1987 y 1988 durante el gobierno de Alfonsín.

Con el discurso inaugural de Menen, a quien lo obstinaba que aquella reforma constitucional lo habilitara a competir en las elecciones de 1995 para aspirar a ser reelecto por un nueva mandato, la jura de los constituyentes y la elección de las autoridades de la Asamblea reformista, se puso en marcha aquel acontecimiento  hecho histórico que hace 30 años dominó la escena política del país pero que serviría, básicamente, para que de aquellos debates surgiera una reforma a la Carta Magna que introdujo nuevos institutos de control en el Estado y el otorgamiento de nuevos derechos para los ciudadanos a fin de modernizar el sistema institucional.

En aquel 25 de mayo de 1994 se unieron la celebración del Día de la Patria con el inicio de la labor de la Asamblea Constituyente que reformaría la Constitución Nacional. Menem, desde el escenario del teatro y rodeado por los gobernadores de cada una de las provincias, pronunció el mensaje con el que dejó inaugurada la Asamblea. Tan sólo horas después aquella magna constituyente encaraba a todo vapor la constitución de las comisiones y se aprestaban para el debate del reglamento que regiría las deliberaciones. Ya solo eso instalaría las ardua discusión sobre cómo se abordarían y se aprobarían los temas incluidos en la ley 24.309, aprobada por el Congreso Nacional, que declaró la necesidad de la reforma constitucional y, básicamente, su artículo 2 que incluía el “Núcleo de Coincidencias Básicas” que implicaba el acuerdo conocido como el ‘Pacto de Olivos’ que habían suscripto el PJ y la UCR y que se establecía “debía ser votado en bloque, por la afirmativa i por la negativa”.

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