Utilizaron drones para sobrevolar el jardín y la casa donde permanecen asilados seis colaboradores de Corina Machado. Maduro y su cúpula amenazan con radicalizar aun más su persecución contra la disidencia.
Agentes de inteligencia de la dictadura de Nicolás Maduro mantienen rodeada desde la noche del sábado la residencia del embajador argentino en Caracas, donde permanecen desde marzo de este año, en carácter de asilados, unos seis colaboradores de María Corina Machado.
Llegaron con motos y patrullas, encendieron las sirenas y se apostaron en la puerta. Rato después utilizaron drones que sobrevolaron el jardín y la casa, que legalmente son territorio argentino. Pasada la medianoche el acoso persistía, según denunciaron los asilados, que luego quedaron sin internet por inhibidores de señal de los servicios chavistas. En un posteo hecho el domingo a las 8 de la mañana, uno de los asilados pudo compartir una fotografía en la que se ve que los patrulleros siguen allí.
Desde septiembre, cuando Brasil quedó a cargo de la representación diplomática argentina en Venezuela, no se registraban ataques de este estilo contra la residencia argentina.
Esta semana, mientras persisten las detenciones políticas, Diosdado Cabello, ministro de Interior y virtual número dos de la dictadura, reconoció que en Venezuela “no se harán más elecciones” (sic) en tanto, según su teoría conspirativa, “la oposición manipula los resultados”. Curioso, de parte de un militar que hace 25 años maneja a su antojo todo el aparato represor, hoy acusado de crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional.
En paralelo, una diputada chavista presentó en el Congreso —carente de opositores— un proyecto que busca despojar de la nacionalidad venezolana a cualquier persona sospechada de disidente. “Vía administrativa podemos anular la validez de cada uno de sus documentos de identidad”, amenazó Iris Varela, en un intento de justificar su idea, debido a que ella misma reconoció que la Constitución prohíbe ser declarado apátrida.
Nicolás Maduro, por su parte, suele decir que sus servicios “saben dónde está Corina Machado”, quien entró en clandestinidad desde agosto. Las palabras del dictador, sin embargo, se contradicen, pues lo mismo un día dice que la captura es inminente como luego señala que la dirigente está en el exterior.
En España, Edmundo González advierte que es el presidente electo tras ganar las elecciones en julio según las únicas actas que se conocen. En los próximos días iniciaría una gira por Latinoamérica, donde varios gobiernos reconocen su triunfo. Y en enero, dice, estará de regreso en Caracas para juramentarse y tomar posesión. Cómo haría tal cosa sin ser detenido, por ahora, es una incógnita. El 10 de enero, según la Constitución, debe hacerse el traspaso de mando.
Cancillería repudia el ataque a la embajada
A minutos de medianoche, Cancillería repudió el acoso chavista a la residencia del embajador argentino en Caracas. “El despliegue de efectivos armados, el cierre de calles alrededor de nuestra Embajada y otras maniobras constituyen una perturbación de la seguridad que debe garantizarse a las sedes diplomáticas de conformidad con el derecho internacional, así como a quienes han solicitado asilo diplomático”.
Agregaron que “la República Argentina hace un llamado a la comunidad internacional para condenar estas prácticas y exigir los salvoconductos necesarios que permitan la salida de las personas asiladas del país”.
Y sumaron que “se agradece al gobierno de Brasil por representar los intereses argentinos en Venezuela, asumiendo la protección de los locales diplomáticos, y por sus esfuerzos para garantizar la seguridad de los asilados frente al hostigamiento del régimen venezolano”.
