La estrategia desplegada por la titular del partido, quien ordenó a su armador del interior, Eduardo “Lule” Menem, diseñar las listas libertarios con candidatos propios, en una especia de reivindicación del “purismo violeta”, se impuso por sobre la estrategia que propuso el asesor presidencial Santiago Caputo, que buscaba cerrar alianzas con las fuerzas provinciales que, en su gran mayoría, se ubicaron en tercer lugar en los comicios.

Asimismo, logró victorias en provincias importantes con candidatos desconocidos bajo la lógica de que el votante libertario vota al presidente Javier Milei.

De esta forma, en Córdoba, el sello que llevó al abogado Gonzalo Roca logró el 42,35% de los votos y bastante detrás quedó el armado de Provincias Unidas, que tuvo al ex gobernador Juan Schiaretti con el 28,32%.

La lógica se replicó en Entre Ríos, que tuvo en la cima de la lista a Andres Laumann; en San Luis, con Mónica Becerra; en Santa Fe, donde compitieron con el joven libertario Agustín Pellegrini; en Tierra del Fuego, cuyo representante fue Agustín Pellegrini; y en Chubut, donde compitieron con Maira Raquel Frias. Territorios que los libertarios lograron teñir de violeta.

La menor de los Milei fue fuertemente aplaudida por la militancia y sus laderos: el clan Menem, compuesto por el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y al armador Eduardo “Lule” Menem, fue reafirmado en sus lugares.

Lo propio ocurrió con el titular de LLA en la provincia de Buenos Aires, Sebastián Pareja, que logró revertir los abultados resultados de la elección bonaerense.

El presidente Javier Milei destacó a su hermana durante su discurso, aunque se mostró elogioso con su asesor Santiago Caputo. A ambos los mencionó como “colosos” y los definió como “los arquitectos” del triunfo.