miércoles 25 de junio de 2025
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Jesús Rodríguez: “El Plan Austral fue exitosísimo en el primer momento pero hubo una oposición que no estuvo a la altura de las circunstancias”

En una entrevista con Radio ConVos FM89.9 y a 40 años de puesta en marcha del Plan Austral durante el gobierno de Raúl Alfonsín, el ex presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN) y uno de los históricos referentes de la UCR, Jesús Rodríguez, juzgó como “exitosísimo en su primer momento” en virtud de que produjo un inmediato y drástico descenso de la inflación y recordó no sólo el contexto en el que se implementó sino los ataque que provinieron de parte de sectores políticos, sindicales y empresarios en procura de debilitar los favorables resultados del programa  estabilización económica en beneficio de la población del país.

El 15 de junio de 1985, el gobierno de Alfonsín puso en marcha aquel plan Austral y Rodríguez, al recordar aquella circunstancia, comenzó por reflexionar acerca del contexto en que se comenzó a implementar el plan Austral y, en tal sentido, describió que eran los tiempos de la llegada al poder del primer gobierno democrático en la Argentina “luego de la feroz dictadura” que había vivido el país y destacó esa circunstancia se trató de una “transición particular y muy diferente’ a la que se produjo luego en el resto de los países de América Latina y que, además, estuvo “dinamizada por la derrota de Malvinas”, apunto, al recordar el fin del conflicto bélico entre la Argentina y Gran Bretaña.

Rodríguez consideró fundamental poner en contexto la situación del país con anterioridad a la puesta en marcha del Plan Austral. “La Argentina era un paria en el mundo luego de esa guerra perdida con una potencia (miembro) de la OTAN, luego de oficiales de las fuerzas armadas entrenando de manera irregular fuerzas guerrilleras en Centroamérica, luego de casi una guerra con Chile y también luego que esa dictadura instaló, desgraciadamente, una palabra nueva, un neologismo en el mundo que eran los ‘desaparecidos’”, refirió al aludir a la figura con la que se identificaba a aquellos argentinos secuestrados o bien asesinados a partir de las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen que había asaltado el poder constitucional con el golpe de Estado perpetrado por las Fuerzas Armadas el 24 de marzo de 1976.

El histórico referente radical dijo que el gobierno democrático de Alfonsín “tuvo que afrontar la cuestión de una economía que estaba francamente muy problematizada con un ingreso por habitante, en el año 1983, menor al que existía al inicio de la dictadura, con una situación fiscal explosiva”, y, en este último aspecto, Rodríguez se ocupó de aportar un dato para dimensionar la cuestión de ese déficit fiscal y precisó al respecto: “En el último trimestre del año ’83 el déficit fiscal en la Argentina era de 15 puntos del Producto Bruto Interno”, pero, además, Argentina enfrentaba una deuda externa “que tenía una particularidad”, en razón de que “no estaba en cabeza de las empresas sino que mayoritariamente, cerca del 80%, estaba en cabeza del Estado” lo cual significaba que era el Tesoro “el que tenía que hacerse cargo”, detalló.

Rodríguez refirió que la situación tenía “dos dimensiones” y puntualizó en ese sentido: “Por un lado, la cuestión estrictamente macroeconómica que tiene que ver con un peso de los intereses, que eran el 70% de las exportaciones y con una deuda externa también enorme pero que también tenía un lado fiscal porque había que tener los recursos fiscales para atender eso que comprometía en alrededor de 7 puntos del PBI las cuentas públicas”.

“Los primeros intentos de la administración (del gobierno) en relación a la cuestión económica no fueron exitosos por muchas razones pero, entre otras, por la inercia inflacionaria y por una subestimación, si se quiere, de la magnitud de los problemas estructurales de la Argentina”, juzgó Rodríguez, quien entonces rememoró que en junio de 1985 se puso en marcha el plan Austral que remarcó: “El programa fue exitosísimo en el primer momento al reducirse de una manera muy sensible la tasa de inflación, hubo reactivación económica, una mejora de los salarios reales y funcionó todo muy bien”, tras lo cual Rodríguez estimó que al instrumentarse el plan Austral la inflación mensual, que era del 20%, se redujo en el primer año al 1%.

En el marco de la entrevista, Rodríguez, llamó a reparar en una circunstancia relevante ya que, por entonces, en Israel, se puso en marcha un casi idéntico programa económico al Plan  Austral. “Un mes más tarde, sólo un mes más tarde (de la implementarse el plan Austral) en Israel se puso en marcha un plan económico y lo interesante es que ambos programas eran prácticamente idénticos y lo notable es que ninguno de los dos, en aquel momento, conocía la existencia el uno del otro. Ni Israel el de Argentina ni Argentina el que puso en marcha Israel”, detalló Rodríguez, quien entonces instó a hacerse una pregunta: ¿por qué uno fue exitoso y el otro?

Juzgó en ese sentido que existieron “dos diferencias” y, al respecto, prologó: “Una que tiene que ver con una dimensión política“, en razón de que explicó que “en Israel, cuando se puso en marcha el programa tuvo el apoyo del 80% de La Knéset (la legislatura de ese Estado) en los que los dos partidos, el laborista y el Likud, se pusieron de acuerdo en llevar adelante ese programa y tomaron el compromiso de integrar de manera paritaria el gobierno de Israel, es decir que el gabinete del gobierno quedó integrado en un 50% por miembros de cada una de ambas fuerzas políticas y, más aún, ya que asumieron que ese gobierno iba a tener dos años una administración socialista y dos años de administración del Likud”, describió Rodríguez.

Explicó que significó que hubo “soporte político a un programa económico”. Y completó: “La otra diferencia, que no era menor, es que hubo una transferencia, sin necesidad de devolución, del gobierno de los Estados Unidos, equivalente a 4 puntos del PBI, para los dos primeros años del programa”, apuntó. Diferenció entonces esa situación de la que se planteó en la Argentina bajo el gobierno de Alfonsín “que tenía una representación parlamentaria importante pero que no contaba con mayoría en el Senado”, recordó Rodríguez.

 

Añadió: “En ese período del gobierno de Alfonsín con ese programa heterodoxo, porque incluía el congelamiento de precios y la reducción de pago por intereses de la deuda no tuvo los resultados esperados al final del programa”, lo cual llevó a Rodríguez a incorporar lo que definió como “la dimensión política”, al comparar el éxito que alcanzó el programa implementado en Israel y lo que sucedió con el final del Plan Austral.

 

Tras recordar que por entonces en la Argentina el escenario político estaba dominado por el bipartidismo encarnado en la UCR y el PJ, Rodríguez desestimó el planteó de que haya existido un ‘boicot’ desde el peronismo hacia el Plan Austral, pero y remarcó que “hubo una oposición política que no estuvo a la altura de las circunstancias ¡Y no sólo en materia económica”, enfatizó Rodríguez se encargó de recordar que “Alfonsín instruyó el juicio a los comandantes (de la última dictadura) y del los jerarcas de las organizaciones guerrilleras y dispuso la creación de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, CONADEP, que reunió los antecedentes que permitieron, luego, el juicio a los comandantes y que identificó casi 9 mil casos de desparecidos y centenares de centros clandestinos de detención”.

 

En el camino a la descripción del escenario de aquel entonces, Rodríguez hizo referencia a que “el justicialismo se rehusó a integrar la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas”, tras lo cual recordó que Alfonsín le ofreció al referente del PJ, Ítalo Luder, a quien había derrotado en las elecciones, integrar y presidir la Corte Suprema de Justicia “y eso también fue rehusado” pero también evocó que tras la consulta popular convocada por el Presidente radical en torno al Acuerdo de Paz con Chile, en el que votaron cerca de 10 millones de ciudadanos y en el que el ‘Sí’ tuvo un apoyo de caso el 90% la aprobación del entendimiento en el Senado “fue por una diferencia de un voto” ante la decisión casi mayoritaria del PJ de votar en contra.

 

Rodríguez abonó además las circunstancias económicas pero con componente político por las que el plan no fue acompañado desde la oposición política al gobierno radical. “Ninguna Ley de Presupuesto en esos casi seis años de gobierno fue votada positivamente por el justicialismo. Más aún, hubo presentaciones requiriendo el juicio político al Presidente Alfonsín por algunas de sus iniciativas económicas” pero, además, el histórico referente de la UCR instó recordar los 13 paros generales que llevó adelante la CGT contra la entonces administración radical. “Hay una estimación que determina que en los cinco años completos del gobierno de Alfonsín se sucedieron 3.840 paros sectoriales, además de los 13 paros generales”, precisó.

 

Rodríguez, ante una consulta, apuntó que más de una de esas huelgas generales “tuvo el apoyo públicos de sectores empresarios” e, incluso, recordó que por entonces hubo organizaciones empresarias que públicamente convocaban a esos paros generales.”Pero además de esa oposición política y de esa conflictividad sindical hubo tres intentos de golpe militar y, como si faltara algo, se produjo el ataque al cuartel militar por una patrulla perdida de una organización guerrillera”, dijo en alusión al ataque al cuartel situado en la localidad bonaerense de La Tablada.

 

Casi hacia el final de la entrevista, volvió a retomar ante una consulta la cuestión del drástico descenso de la inflación que generó el Plan Austral. “La inflación tiene múltiples causas y tratar de reducirla a una sola razón constituye una gran equivocación. Una de las causas de la inflación tiene que ver con la inercia inflacionaria y esto es cómo en la mente y en la conducta de los ciudadanos consumidores y productores la idea de la inflación pasada condiciona la determinación de precios de hoy y en definitiva la inflación”, apunto Rodríguez y cuando se lo invitó a que recordase uno de los puntos que, a su juicio, constituyeron un costado relevante del Plan Austral, rememoró que el programa incluyó una iniciativa que consideró una “iniciativa muy imaginativa” como lo que se denominó el “desagio” por la cual “se actualizaban los contratos con una tasa de inflación implícita de manera tal de romper la inercia inflacionaria y que así sucedió”.

Rodríguez aprovechó el tramo final de la entrevista para retomar la cuestión sobre la diferencia entre el éxito que tuvo Israel al implementar en su momento el programa idéntico al Austral y, por el contrario, las adversidades que debió afrontar el plan llevado a cabo por el gobierno de Alfonsín en materia de oposición política, conflictividad sindical, a la que se sumaron episodios como los alzamientos militares y hasta el ataque guerrillero y apeló a una frase del economista, Julio Olivera, a quien no dudo en considerar que podría haber sido otro de los Premio Nobel de nacionalidad argentina. “Julio Olivera decía que la incertidumbre produce consecuencias más perjudiciales y más duraderas que los propios errores de política económica. Entonces, cuando una ve una sociedad afectada por estos temblores políticos, por estos vendavales corporativos, es difícil pensar que la percepción social sea de estabilidad y permanencia de las reglas de juego. Y esto es una diferencia sustantiva que permite contribuir a entender un poco mejor aquel momento de la historia argentina”, concluyó.

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