Las dos mociones de censura que habían presentado contra el Gobierno francés del primer ministro, Gabriel Attal, por la extrema derecha de Marine Le Pen y la izquierda radical de La Francia Insumisa (LFI) fracasaron este lunes, a seis días de las elecciones europeas.
Sin sorpresas, ninguna de las dos consiguió la mayoría absoluta de los votos requeridos en la Asamblea Nacional para tumbar al Ejecutivo y la que más se acercó fue la de LFI, que obtuvo 222 cuando habría necesitado 289.
La de la Agrupación Nacional (RN) se tuvo que contentar con 89 diputados, ya que la oposición de izquierdas había advertido que no respaldaría su iniciativa, como tampoco lo ha hecho en el pasado.
Durante el debate previo, Attal había tratado de descalificar esta doble tentativa de destituirlo utilizando como principal argumento que el RN y LFI actuaban “de concierto” con el objetivo común de crear “desorden democrático y desorden económico”.
“Hay momentos que permiten que caigan las máscaras”, señaló el primer ministro, que insistió en que entre esos dos partidos hay “una comunidad de intereses al servicio de la inestabilidad”, y en que la justificación oficial de ambas mociones de censura, la situación de las cuentas públicas, era una mera fachada.
Los dos grupos de oposición las habían presentado tras haber exigido un mes antes al Ejecutivo, sin éxito, que presentara un nuevo presupuesto para 2024, ya que consideran que el que se aprobó en otoño se elaboró a sabiendas de que sus pronósticos eran totalmente irreales.
Se basaban, entre otras cosas, en las cifras del déficit de 2023, que alcanzó el 5,5 % del producto interior bruto (PIB) cuando el Gobierno esperaba un 4,9 %.
“Todo el mundo sabe que estas mociones de censura no tienen nada qué ver con las finanzas públicas”, afirmó el primer ministro, que hizo hincapié en que tanto el RN como LFI no quieren sanearlas porque proponen aumentar de forma masiva el gasto.
En la defensa de su moción de censura, el diputado de LFI, Matthias Tavel, cargó contra el primer ministro y contra las previsiones de su presupuesto, por considerarlas “fantasiosas”.
“Usted -le dijo Tavel- es el primer ministro del caos presupuestario” y le reclamó que revelara “cuál es su programa escondido para después de las elecciones europeas”.
Más allá de las cuestiones presupuestarias, le criticó no querer reconocer al Estado palestino.
En nombre de la RN, el diputado Sébastien Chenu cargó contra la “gestión lamentable de las finanzas públicas” del Gobierno de Attal y señaló que el presupuesto “no era sincero”. EFE