La invasión rusa a Ucrania, fue la noticia que ocupó los grandes medios de comunicación, los portales, las redes sociales, y el debate público y social, en los últimos días. La vuelta de la guerra, la guerra en grandes proporciones, en Europa, la guerra con amenazas nucleares, y con víctimas civiles, es un cóctel, que no puede pasar desapercibido para las noticias, y para una sociedad que está recién saliendo de la pesadilla del COVID-19.
No quiero hablar de los orígenes, de las motivaciones, de las causas, mucho menos de las cuestiones bélicas, porque mucho se ha dicho, mucho se ha escrito en los últimos días, y sobre todo, mucho se ha visto, porque esta es una guerra que se transmite en vivo y en directo, sobre todo a partir de las redes sociales. Entonces lo que quiero hacer, es dejar tres puntos, más que nada para pensar, para reflexionar, porque información, e información de la buena y de la otra ya tenemos bastante.
Punto número uno, para hacer el mal, también hay que hacerlo bien. Vladimir Putin invade Ucrania sin ningún tipo de apoyo de la legalidad internacional, sin una coalición internacional, ni un grupo de países, apenas con el gobierno títere de Bielorrusia apoyándolo, y sobre todo sin un discurso, sin un relato, sin la legitimidad discursiva que apoye su accionar. Esto ha generado, que hasta sus propios aliados se muestren cautos, por ejemplo China, que no ha salido en ningún momento apoyar al Gobierno ruso, a pesar de ser un muy cercano, aliado de la disputa geopolítica.
Punto número dos, Putin ha demostrado un liderazgo débil, porque Rusia ciertamente es una potencia, más al lado de Ucrania, que es un país menor en el concierto internacional, también es cierto que los países europeos son altamente, o por lo menos algunos, son altamente dependientes del gas por ejemplo de Rusia. También es cierto, que la presencia geopolítica global de Rusia es muy importante, y que sus aliados son aún más importantes, como por ejemplo China, y aun así con todo esto, en vez de intentar jugar a la política internacional, utilizar el peso de su liderazgo, mostrar que tiene capacidad de disuasión, se lanzó directamente a bombardear la capital de un país vecino. Lejos de mostrar la fortaleza, me parece que esto muestra la debilidad de liderazgo de Putin.
El punto número tres, es que todos debemos reflexionar, sobre todos los países más pequeños como el nuestro, incapaces de defenderse ante una amenaza externa de proporciones marginales del sistema internacional, que hacen falta reglas de juego, que coordinen, que articulen el sistema internacional de estados nacionales. Nos guste o no nos guste, quizás no querramos una burocracia mundial obviamente, ni un supraestado, pero hacen falta reglas de juego, con control democrático de sociedades, pero sin reglas de juego como se ve en el caso de Ucrania, es la ley de la selva, gana el más fuerte, el que tiene más armas, gana el que se decide invadir a un país chico, porque en definitiva, no le gusta lo que soberanamente decide. Entonces, creo que también esto nos deja a todos una enseñanza, no hay un mundo que pueda convivir en paz, si no hay reglas que regulen las relaciones entre los estados.