jueves 18 de abril de 2024
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En 1989, Menem lo hizo

Esta semana se cumplieron 31 años del triunfo del caudillo riojano. Un documento desclasificado de la CIA pinta un panorama de aquel momento.

Con cuatro elecciones nacionales llevadas a cabo desde 1983, la ciudadanía argentina se inclinó, seis años después, por un cambio de gobierno. La UCR de Raúl Alfonsín, agobiada por la situación económica crítica y la consiguiente pérdida de confianza, entregó en forma anticipada – aunque ordenada-  el gobierno a un líder de otro signo partidario, situación que no ocurría desde 1916.

El documento desclasificado de la CIA (ID 35431313), describe los cambios: “en los primeros ocho meses de 1989, sin embargo, la nación entró un período de hiperinflación, con el índice de precios al consumidor aumentando un 2815,5 por ciento. Argentina tiene atrasos significativos sobre su deuda externa de más de 60 mil millones de dólares y requiere infusiones de capital externo. Las empresas de propiedad estatal en general no son rentables, la inversión extranjera es de vuelo débil y el capital es un problema. Menem mudó rápidamente para presentar la reforma del estado (privatización) y emergencia económica, y una ley de reforma fiscal, que intentan enfrentar los problemas de financiamiento del déficit y la falta de confianza de los inversores. Estas y otras medidas han resultado en una caída rápida en el nivel de inflación a comienzos en agosto.”

En otro aspecto relevante, la CIA veía al nuevo gobierno como “contribuyendo para la observación de los derechos humanos en 1989. En las relaciones civiles-militares dominó la agenda de derechos humanos. El presidente Menem tomó pasos en sus primeros meses para perdonar funcionarios militares involucrados en violaciones a los derechos humanos. Sus acciones  fueron criticadas por un amplio espectro de organizaciones políticas y de derechos humanos.”

La libertad de prensa también merece la atención de los observadores de la agencia. Refiere que “el Estado tiene 55 de 170 radios AM… El gobierno federal tiene tres de los cuatro canales de televisión de Buenos Aires, pero el presidente Carlos Menem ha anunciado su intención de privatizar dos de estas estaciones junto con dos estaciones de radio estatales.” A contramano de esta iniciativa privatista, la CIA consigna que, “el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero, ha declarado su intención de establecer una canal de televisión provincial”.

Como parte de su plan reformista Menem propuso, a poco de asumir, la eliminación de las regulaciones que “prohibían a los propietarios de periódicos adquirir canales de televisión (Art. 45 de la Ley de Radiodifusión).”

Al respecto, el informe concluye que, de hecho, la peor amenaza actual a la libertad de la prensa en argentina “no tiene ninguna causa religiosa o persecución política sino el desastre de la situación económica. La hiperinflación causó un enorme aumento en el precio de los suministros, especialmente importados, lo que promocionó el cierre de al menos cinco periódicos provinciales más pequeños.”

Estos y muchos otros aspectos de las políticas que su administración impulsó vienen a la mente cuando, la semana pasada, al octogenario y vitalicio senador Carlos Menem se lo vio frente a su computadora en la futurística sesión virtual de la Cámara Alta.

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