lunes 31 de marzo de 2025
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Emociones, aplausos y ovación para Luis Quevedo al ser distinguido en la Legislatura de la Ciudad

Emoción, aplausos reiterados y una ovación. Todas esas reacciones rodearon la ceremonia en la que una variopinta concurrencia, en la que se entremezclaron representantes de disímiles espacios políticos así como personalidades del ámbito cultura y editorial tanto como académicos, autoridades universitarias, escritores y  periodistas, para saludar con fervor sostenido al periodista y editor, Luis Quevedo, quien recibió la distinción como ‘Personalidad Destacada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el Ámbito de la Cultura’, en una merecido reconocimiento a su condición de profesional de estirpe pero también de hombre honesto y modesto que, en el curso de su trayectoria, ha hecho ya aportes invalorables a la democracia en la Argentina.

Precisamente, las cualidades profesionales y personales de Quevedo encontraron sintonía en los oradores que lo precedieron durante el acto en el que recibió la distinción y en el que la emoción envolvió, al momento de hablar, al periodista y editor distinguido cuando mencionaba la presencia de sus familiares así como de amigos de su infancia, colegas y representantes de la política como de la cultura o académicos que, en algunos casos, debieron secar las lágrimas que le recorrían sus rostros.

La distinción al reconocido periodista y editor fue aprobada hace un par de semanas por la Legislatura porteña a partir de una propuesta impulsada por el legislador radical, Guillermo Suárez, quien fue el encargado de entregarle el respetivo diploma a Quevedo, durante el acto que se realizó en el Salón San Martin de la sede parlamentaria local. Al momento de anunciarse la entrega de ese reconocimiento aquellos asistentes que estaban sentados en sus sillas casi se eyectaron de ellas para, de pie, ovacionar y aplaudir a ese colega o amigo que se llevó muestras de afecto y de reconocimiento a su trayectoria en el ámbito de la cultura.

De principio a fin la ceremonia estuvo cargada de emotividad. Ello afloró con los discursos de quienes lo rodearon para referirse a su trayectoria vinculada a la labor editorial que Quevedo heredó de su padre y que amasó a lo largo de muchos años para ponerla al servicio de función pública con el retorno en 1983 a la democracia en el país bajo el liderazgo de Raúl Alfonsín con su  tarea en al área de cultura de la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires bajo la gestión del intendente radical, Facundo Suárez Lastra pero también a nivel nacional en esa vida ligada la labor editorial por la que ha transitado desde hace varias décadas hasta convertirse en el presente en un hombre clave en el funcionamiento de EUDEBA, la editorial de la Universidad de Buenos Aire que reeditó el libro con el célebre informe ‘Nunca Más’ que condensa la titánica misión que cumplió la icónica Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP), cuya creación dispuso Alfonsín a poco de asumir como Presidente en 1983 y que cobró en estos días una renovada vigencia al conmemorarse 49 años del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 con el que se instauró la última dictadura, la más atroz que reconozca la historia de nuestro país.

Quevedo fue flanqueado en el panel de presentación de la distinción que le otorgó la Legislatura porteña por la especialista en políticas sociales, infancia y género, María Orsenigo; el presidente de EUDEBA, Gonzalo Álvarez y el ex presidente de la Auditoria General de la Nación (AGN) y uno de los históricos referente del radicalismo, Jesús Rodríguez.

Cuando llegó el momento, el locutor invitó al legislador radical, Guillermo Suárez, a que le entregara el diploma a Quevedo. Ese fue un instante conmovedor cuando los asistentes de pie aplaudían al reconocido periodista y editor y, además de los fotógrafos, la concurrencia apeló a sus teléfonos celulares para con sus dispositivos llevarse esa imagen de ese instante que el homenajeado y todos quienes asistían querían llevarse de la ceremonia en la que los asistentes colmaron el amplio salón del primer piso de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

En las sillas dispuestas para los asistentes se ubicaron, entre otros, varios de los también históricos dirigentes del la UCR como, Marcelo Stubrin, Marcelo Bassani, Víctor Hugo Salazar, Walter Ceballos, Pedro Calvo, Enrique y Ricardo Nosiglia, el diputado nacional, Fabio Quetglas; el ex vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, Federico Polak, ex vocero de Raúl Alfonsín, además de Magdalena Iraizoz, Marcelo Insúa, Jorge Sigal así como los periodistas y escritores, Oscar Muiño, Rodrigo Estévez Andrade, Martín Baintrub, Cristina Mucci pero también Julio Viña, este último amigo de Quevedo en tiempo de su niñez o bien otros que fueron compañeros de estudios en la época de la escuela secundaria. Entre los tantos representantes académicos estuvieron Paula Quattrocchi y Juan Carlos Mas Velez, ambos autoridades de la UBA. Muchísimos otros debieron optar por permanecer parados. Era previsible que la asistencia de público no desbordara el amplio salón.

También se encontraban numerosos autores, como Kado Kostner, Jaime Rosenberg, Fernando Pedrosa, Carla Lois y Martín D’Alessandro, quien es también Presidente de Poder Ciudadano.

Entre los representantes del mundo editorial se encontraban Leandro De Sagastizabal, Pablo Alessandrini, Ximena González, Claudia Reboiras, Diana Segovia y Esteban Lo Presti, entre otros.

Por su puesto, como no podía ser de otra manera, la primera fila fue reservada para la familia de  Quevedo, quien al mencionar la presencia de cada uno no pudo contener la emoción y ello ‘disparó’ otro de los sonoros aplausos en una ceremonia tan relevante como sencilla y austera, acorde a las cualidades del periodista y editor reconocido como  ‘Personalidad Destacada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el Ámbito de la Cultura’.

Quevedo se llevó los abrazos de todos aquellos hombres y mujeres, maduros o jóvenes, que le reconocen como lo hizo la Legislatura porteña su condición de ‘Personalidad Destacada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el Ámbito de la Cultura’. El final fue con una sencilla merienda con café y medialunas para acompañar la charla. El homenajeado, con otro de los rasgos de su personalidad que fue destacada por los oradores que lo precedieron, la sencillez, se prestó a posar para las fotos con los asistentes.

Al momento de tomar la palabra, Luis Quevedo dejó algunas frases para destacar: “Pasamos de estatizar todo a privatizar todo, sin encontrar un punto intermedio. Lo único que logramos con eso es generar más pobreza estructural”,  “La cultura es vivir. Es lo que nos permite entender nuestra historia y proyectarnos hacia el futuro” y no se olvidó de su querido Raúl Alfonsín, al citarlo para recordar que “en la democracia argentina no existen enemigos”.

“Más que merecida distinción para Luis”, comentó el dirigente radical, Víctor Hugo Salazar, quien compartió con Quevedo los tiempos de la infancia, mientras que Marcelo Insua, otro de los tantos representantes de la cultura dejó por una horas su fantástica capacidad para sorprender en su prolífica actividad como mago para extraer de una imaginaria galera su “enorme satisfacción”, dijo por la distinción a Quevedo, a quien reivindicó como un “hombre culto que sabe qué significa y la dimensión que adquiera la cultura en una sociedad democrática”. Magdalena Iraizoz manifestó: “Luis Quevedo prestigia a la cultura; una distinción celebrada por todos”.

Fotografía: Ernesto Samandjian.

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