viernes 10 de enero de 2025
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El PRO se subordina a la estrategia de Milei y Macri

El llamado del presidente Javier Milei a un “acuerdo total” con el PRO para “arrasar con el kirchnerismo” en las próximas elecciones provocó una grata sorpresa en el campamento amarillo, donde ya se preparaban para armar listas propias en todo el país.
Sorprendió doblemente porque tanto la hermana del presidente y secretaria general de Presidencia, Karina Milei, y el “Rasputín” del Gobierno Santiago Caputo vienen operando en sentido opuesto, con el objetivo de barrer a Mauricio Macri y al PRO del mapa político y dejar a Javier Milei como único exponente de la derecha nacional.
Muchos referentes del macrismo veían a su ¿jefe? cada vez más aislado en una estrategia que no les convencía: la de confrontar electoralmente con el presidente en una apuesta al todo a nada, con todas las de perder y condenarse a un futuro de marginalidad política.
“Al final Mauricio se estaba quedando únicamente con su primo (el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri) en su duelo con Milei.
Nosotros veníamos advirtiendo que no era conveniente tensar tanto la soga con el Gobierno”, indicó a la Agencia Noticias Argentinas un diputado del PRO que tiene nexos con el bullrichismo.
En la provincia de Buenos Aires, los principales alfiles del macrismo como Diego Santilli y Cristian Ritondo ven con mejores ojos un acercamiento al oficialismo, que en esta última etapa vive una “luna de miel” con la opinión pública.
Los dos están acostumbrados a la rosca política y electoral en el distrito más importante del país y cultivaron un muy buen vínculo con los principales referentes y operadores de La Libertad Avanza.
No quisieran dilapidar esas relaciones por decisiones “atolondradas” de Mauricio Macri, a quien veían avanzando en una dirección peligrosa.
El diagnóstico es que el PRO disputa un electorado bastante similar al de La Libertad Avanza, y el hecho de que el Gobierno maneje los resortes del poder y esté conectando mejor que nadie con las expectativas del cambio social dejaría a la fuerza amarilla en una posición muy desventajosa para el reparto de los votos.
“Santilli siempre planteó que era importante avanzar en un acuerdo y no ir divididos en la provincia para ganarle al kirchnerismo. Y mantiene esa postura”, sostuvieron fuentes cercanas al diputado nacional en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas.
El discurso “institucionalista”, de defensa de la República y la división de poderes que por años abrazó el PRO para distinguirse del kirchnerismo no demostró tener pregnancia ni gravidez en la sociedad desde que gobierna La Libertad Avanza.
A partir de su irrupción, el mileísmo hizo un lado esta narrativa moralista y gobernó con mayor énfasis en las metas que en los modales. O en todo caso, Milei promociona a una discusión “moral” diferente: “la casta” contra las “Fuerzas del Cielo”.
Para el macrismo, reafirmarse en un posicionamiento ético que socialmente se volvió obsoleto y no redituable con el solo propósito de diferenciarse de un oficialismo en estado de gracia sería un camino directo al fracaso y la intrascendencia política.
Por eso cuando en su última entrevista Milei agitó la bandera de la paz y llamó a un “acuerdo total” con el PRO, muchos se ilusionaron con que Macri abandonaría la pulseada contra el Presidente.
En efecto, el titular y líder del PRO contestó favorablemente a la propuesta de Milei a través de un comunicado que difundió en la mañana de este jueves.
Además, designó como negociadores de su espacio a Cristian Ritondo, Ana Clara Romero, Silvia Lospennato, Hernán Lacunza y Soledad Martínez.
“Querido Javier. Desde el PRO siempre vamos a estar del lado de los que trabajan para terminar con el populismo, la demagogia y la falta de transparencia. En definitiva, para que el kirchnerismo nunca más vuelva a gobernar el país o alguna de las 24 provincias argentinas”, dijo en tono de complicidad amable para con el Presidente.
“Es por eso que estamos dispuestos a conformar un equipo de trabajo conjuntamente con quién vos dispongas, para defender los logros obtenidos y también avanzar en una agenda profunda de cambios y transformaciones que la Argentina aún necesita”, siguió en un posteo de la red social X.
“Nuestras convicciones y coherencia la planteamos tanto en el balotage del 2023 como en el acompañamiento legislativo a lo largo de todo el 2024. Estoy seguro de que este año que comienza podemos representar juntos las banderas del cambio, la libertad y las instituciones”, concluyó, esperanzado.
Al margen de las internas en ambos partidos, la ingeniería para evitar que compitan por separado asoma complicada.
Esto es así porque La Libertad Avanza no quiere aceptar la pretensión del PRO para que en su bastión porteño los candidatos libertarios se subordinen a una lista armada por los primos Mauricio y Jorge Macri.
El ofrecimiento del PRO es que a cambio de que La Libertad Avanza ceda en la Ciudad, el partido amarillo haga lo propio en provincia de Buenos Aires, dejando que la lista de candidatos a diputados nacionales esté hegemonizada por La Libertad Avanza.
El problema es que Karina Milei no quiere saber nada con esconder la cabeza en la Ciudad, ya que tiene candidatos fuertes para competir y encabezar las listas como Patricia Bullrich, Manuel Adorni y Daniel Scioli.
Por las dudas de que Milei pretenda hacerle caso a su hermana, Macri dejó trascender por primera vez que estaría dispuesto a encabezar la lista de senadores nacionales por la Capital Federal.
Solamente la presencia en el cuarto oscuro de una boleta encabezada por el ex presidente podría hacer peligrar el triunfo libertario en el último bastión amarillo.
En la provincia de Buenos Aires, en cambio, el PRO no mide más de 10 puntos ni tiene figuras rutilantes que le puedan hacer sombra a Karina Milei o José Luis Espert, quienes suenan para liderar la oferta libertaria.
De todos modos, Macri conserva algo de poder de fuego en el hecho de que esos 10 puntos que dividen al electorado antiK son los que pueden regalarle la victoria a Cristina Kirchner y a Axel Kicillof en Buenos Aires.
Además, si Milei le soltara la mano al PRO y lo arrojara a la deriva, correría el riesgo de que tras las elecciones quede en pie un bloque de una veintena de diputados amarillos con más razones que antes para complicar los planes del oficialismo en el Congreso.
Ese entendimiento llevó a Milei a poner las barbas en remojo y utilizar un reportaje para convocar a una mesa de diálogo electoral con el PRO.
El resultado de las negociaciones -que aún no se iniciaron más allá de contactos informales- es incierto y dependerá de varios factores.

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