11 de abril de 1870 – asesinato de Urquiza
Los griegos antiguos dividían los hechos históricos en “fastos” y “nefastos”. Aquí nos referimos a uno de estos últimos.
El lunes de Semana Santa de 1870, más exactamente, el 11 de abril, más o menos a las 19 horas, una partida de aproximadamente cincuenta hombres, penetraron violentamente en el Palacio San José, a treinta kilómetros de Concepción del Uruguay.
Era la residencia oficial de don Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, y domicilio particular del general y su familia.
Dominaron a la guardia, entraron al galope por el patio de atrás, a los gritos de “¡Muera el traidor, vendido a los porteños!”.
Comandaba el grupo el cordobés Simón Luengo, lo formaban correntinos, exiliados orientales, algún porteño.
En general, gente de avería y malos antecedentes, como el correntino Robustiano Vera, el cuchillero oriental Nicomedes Coronel y Ambrosio Luna , conocido como “El Pardo” , de oficio esquilador, también oriental.
Un solo entrerriano: José Marìa Mosqueira.
Sorprendido, don Justo atinó a tomar un arma que le alcanzó su esposa: “¡No se mata así a un hombre frente a su familia, canallas!”, alcanzó a gritarles
Un certero balazo , disparado por Ambrosio “el Pardo” Luna, le alcanzó de lleno en la cara, se desplomó inerme, sus hijas lo arrastraron al interior de uno de los dormitorios, donde lo alcanzó el feroz “Nico” Coronel, y, a través de los brazos de una de las desesperadas muchachas, le asestó cinco puñaladas mortales.
Simultáneamente, en Concordia, otro grupo de correntinos y orientales, que dirigían los hermanos Mariano y Carlos Querencio, asesinaban alevosamente a Justo Carmelo y Waldino de Urquiza, hijos del general, jefes político y militar respectivamente del Departamento.
Todo respondía a un movimiento subversivo encabezado por un antiguo protegido de Urquiza, uno de sus hombres de mayor confianza, don Ricardo López Jordán.
Se dice que intentaron matar también a Teófilo de Urquiza, jefe político de Concepción del Uruguay y a Benjamín Victorica, yerno de don Justo, pero el plan falló en este punto.
Gobernador “de facto”
Conocida la muerte trágica del Gobernador legal, López Jordán entró con su tropa en C. del Uruguay, rodeó de soldados la Legislatura, reunió los diputados que pudo encontrar, y los forzó a que lo eligieran gobernador.
Se violó el art. 37 de la Constitución provincial, entonces vigente, que determinaba que, en caso de muerte del gobernador, la Legislatura elegiría “un provisorio” hasta realizarse nuevos comicios: aquí se eligió un definitivo para completar el mandato del muerto.
Se desconoció el artículo 41, que exigía la asistencia de tres cuartas partes del total de sus miembros.
A la respectiva sesión asistieron doce diputados, sobre veintitrés.
Y de ellos, sólo nueve votaron por López Jordán, tres lo hicieron en contra, número insuficiente.
Además de ello, el art. 33 exigía como condición ser nacido en suelo argentino, López Jordán había nacido en Paysandú.
Pese a ser electo al margen de la Constitución, Ricardo López Jordán exigió el reconocimiento del gobierno nacional.
Como el entonces presidente Domingo F. Sarmiento no aceptó reconocerlo, y declaró intervenida la Provincia, López Jordan le declaró la guerra.
Se desató un enfrentamiento donde, en combate desigual, las fuerzas nacionales derrotaron en sucesivas batallas, al contingente provincial, reunido a través de leva forzosa, por el jefe rebelde.
Derrotado, López Jordán se fue al exilio en Brasil.
Pero volvió a levantarse en armas en, 1873 y 1876, en esta última oportunidad,-gobierno de Nicolás Avellaneda-, aliado al general Bartolomé Mitre.
Esa larga lucha-tres rebeliones sucesivas- provocó miles de muertos y heridos, la ruina de la economía local y que Entre Ríos dejase de ser, definitivamente la segunda provincia del país.
El objetivo rebelde
¿Cuáles fueron las banderas levantadas por el movimiento subversivo que pudieran de alguna manera justificar el asesinato, cobarde y premeditado, del gobernador legal y jefe de la Provincia, y de dos de sus hijos?
Se adujo como el principal, la defensa del “federalismo”, supuestamente traicionado por Urquiza después de la batalla de Pavón y su acuerdo con Bartolomé Mitre.
Pero, recordemos, la consecuencia de este arreglo fue la incorporación de la Provincia de Buenos Aires al resto de las provincias, la aceptación por Mitre de la Constitución Federal y la definitiva unificación del territorio argentino.
La rebelión de López Jordán, y sus seguidores tenía como objetivo principal el formar un nuevo Estado: una “Confederación” separado del resto, con las Provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, más las Misiones.
Con capital en Rosario, y bajo la protección del Imperio del Brasil.
Así surge del “Memorando” que redactó uno de los colaboradores de López Jordán, don José Hernández, el autor del “Martín Fierro” y que entregó al Barón de Río Branco, en la Corte de Río de Janeiro, don Ramón Puig, comerciante paranaense y suegro de Ricardo López Jordán.
Decía este documento, entre otras cosas:
-“La Capital de la Confederación debería ser Rosario, donde tendría su asiento la autoridad principal que se estableciese, constituyendo, desde el primer día un gobierno sólido y duradero”.
-“…el Gobierno de Brasil procedería hábil, política y lógicamente, franqueando al gobernador de Entre Ríos general don Ricardo López Jordán, cuantos elementos y recursos pudiera necesitar para emprender la cruzada que diera por resultado la realización del plan que acabamos de bosquejar rápidamente, pero con líneas y perfiles suficientemente acentuados”
La revuelta jordanista fue apoyada, con armas y dinero por el Imperio de Brasil, que así buscaba dividir a la Nación Argentina, su eterno rival histórico.
Por suerte, la rápida intervención del Presidente Sarmiento, que mandó tropas nacionales a Entre Ríos, evitó la posible segregación definitiva de estas Provincias.
Publicado en El Entre Ríos el 11 de abril de 2024.