Y un día se fue Daniel Divinsky, el de Ediciones de la Flor, el que creyó en Joaquín Lavado (Quino) y su Mafalda, el que tuvo a Fontanarrosa en su escudería. Sin embargo, casi nadie va a mencionar su relación con el triunfo de Raúl Alfonsín en la campaña de 1983.
Divinsky estuvo preso 127 días en 1977, y tras su liberación logró viajar a Venezuela. Pronto se sumó a El Diario de Caracas que dirigía Rodolfo Terragno. En 1982, Alfonsín, en compañía de Germán López, llegó a Caracas, y se reunió con la enorme colonia de exiliados.
Allí nació una relación que creció políticamente en el tramo final de la campaña, cuando Divinsky se transformó en el factótum de una serie de solicitadas de intelectuales no radicales que llamaban a votar por Alfonsín, muchos de ellos, tras la aclarar que habían votado por Perón en 1973.
Ese núcleo de intelectuales y exiliados fue medular en los últimos días de octubre para sumar votos de espacios tradicionalmente refractarios a la UCR. Con la llegada de la democracia, y producto de la simbiosis que se construyó con ese grupo, Emilio Gibaja, secretario de Medios, convocó al editor para hacerse cargo de la dirección de Radio Belgrano (otro de los tantos medios intervenidos que recibió la democracia).
Si bien Divinsky no era un hombre de radio, la emisora pronto se transformó en un ámbito plural que pateó el avispero del éter metropolitano.
Con plena libertad y el aroma fresco de la primavera alfonsinista, Radio Belgrado fue uno de los motes que le calzó la extrema derecha que no toleraba su programación donde se escuchaba a Enrique Vázquez, Rogelio García Lupo, Ariel Delgado, AnnaMaría Muchnik y Eduardo Aliverti.
En abril se cumplieron cuarenta años del atentado que voló su planta transmisora. “La mano de obra desocupada” no se bancaba el inicio del juicio a las Juntas, ni la continuidad democrática. Se les iba el país de las manos. “No podemos recuperar la democracia, haciendo macartismo”, respondía Gibaja cuando lo criticaban por la programación.
“Es una radio joven, distinta, de mucha opinión, donde se manifiestan con un lenguaje nuevo. Un país no habituado a ese lenguaje y a ese estilo. Por primera vez desde una radio se critica a otros medios, no es habitual. Había antes como un acuerdo tácito de no atacarse. de no intervenir. Por eso, Belgrano es tan vulnerable y tan atacada”, subrayó en defensa de la gestión Divinsky. Uruguay 1237 olía a nueva radio todos los días, y su gran artífice fue Daniel Divinsky.