jueves 26 de diciembre de 2024
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Disruptivos y disociados

“Disruptividad” merece un lugar, una vez más, en el ranking de las palabras del año. Se habla de “tecnologías disruptivas”, “políticas disruptivas”, fenómenos y estrategias disruptivas, para referir a una alteración drástica en el funcionamiento de los sistemas, los procesos y conductas, una ruptura de paradigmas dominantes. Una alteración que produce impactos diversos, algunos deseados y manejables, otros que escapan a nuestro dominio y de los que desconocemos sus resultados.

La llegada de las redes sociales trastocó todo. La pandemia hizo otro tanto. Vivimos más conectados y acelerados en el entorno digital, más fragmentados y polarizados en el entorno social y político.

Sol Montero, socióloga y Doctora en Letras, lo trata en Claves del discurso político en redes (Unsam, 2024): los trabajos contemporáneos sobre partidos digitales y ciberpopulismo destacan “el aspecto disruptivo de los nuevos movimientos políticos, que prometen ejercer una política ‘más democrática, más abierta a la gente común, más inmediata y directa, más auténtica y transparente’, y se muestran como una solución frente al déficit democrático, a la primacía d

Pero al mismo tiempo, en el espacio público virtual suceden otras cosas: atención selectiva, polarización afectiva, disonancia cognitiva y los efectos de ‘burbuja de filtro’, ‘cámara de eco’, que los propios logaritmos incentivan. De allí la proliferación de noticias falsas, informaciones tergiversadas, mensajes de odio que no hacen más que acentuar la polarización. Se vive en un mundo interconectado y al mismo tiempo más fragmentado.

Y aquí otra palabra que compite por el podio en el ranking de este año, al menos en la Argentina: “disociación”: A algún/a sagaz asesor/a se le ocurrió resolver el dilema de cómo hacer compatibles las directivas disruptivas del Presidente con las votaciones de la ONU, la OEA y el G20 sin patear el tablero de esas organizaciones multilaterales. Estamos allí, acompañamos, pero no nos salimos. Firmamos en disidencia: “nos disociamos”.

Así lo remarcó la Oficina del Presidente al final de la reciente Cumbre de Río: la Argentina “firmó la declaración final disociándose parcialmente de todo el contenido vinculado a la Agenda 2030”. Participamos del Foro de Davos pero nos disociamos de las ideas que se exponen en ese foro. En la Asamblea General de la ONU nos disociamos de su Agenda global.

Lo mismo se refleja en la Cumbre del Mercosur de este fin de semana, en la que la Argentina asume la presidencia pro tempore del bloque, marcada por el contraste entre las visiones opuestas de los mandatarios sobre economía, integración regional, apertura y proteccionismo y política internacional. Allí, el presidente Milei repitió la misma estrategia: el Mercosur fue “un escollo para el progreso de los argentinos” dijo, y pidió una mayor apertura del bloque regional al considerar que “este modelo está agotado”.

Parafraseando a Umberto Eco en Apocalípticos e integrados, recordado ensayo de hace 60 años que hacía referencia a dos posiciones opuestas ante la cultura de masas, hoy podemos decir que estamos “disruptivos y disociados”.

Publicado en Clarín el 7 de diciembre de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/disruptivos-disociados_0_W2c2OU0G6R.html?srsltid=AfmBOor7V_Gpf3GONRIIQk8PVR9CG6PGoxW0Qde90ZnSEZOgTZP1MgZ1

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