“Hace 106 años la Reforma Universitaria marcaba un antes y un después en la educación superior, democratizando nuestras universidades. Hoy debemos reafirmar nuestro compromiso con la defensa de la universidad pública, libre, gratuita y de calidad para todos”, recordó Maxi Abad.
El 15 de junio de 1918 los reformistas, la Federación Universitaria, constituida meses anteriores, irrumpieron en la Universidad de Córdoba desalojando al claustro profesoral, proclamando la huelga general, ocupándola y emitiendo un manifiesto dirigido “a los hombres libres de América del Sur, anunciando la ruptura de la última servidumbre del antiguo coloniaje”.
El historiador Manuel Gálvez describió el momento, narrando que “en las universidades, los jóvenes abogados que pertenecían a familias de alcurnia, entraban fácilmente en el profesorado. Algunos tenían talento, otros preparación. Los menos, las dos cosas. Pero había algunos que no tenían ni talento ni preparación. A los hombres de apellido desconocido les era harto difícil llegar al profesorado. Hipólito Yrigoyen quiere batir al régimen en ese reducto que es la universidad, democratizar la universidad. Y puso en práctica la reforma”.
Un decreto de Yrigoyen avaló las reformas y el 31 de julio remitió al Congreso el proyecto de Ley Orgánica de Instrucción Pública, donde situaba a las universidades “dentro del espíritu nuevo”.
Esto logró que el estudiante pase a ser un nuevo actor social, el movimiento juvenil una fuerza de poder transformista y las universidades el espacio que hoy se nutre de los centros de estudiantes y los consejeros estudiantiles como piezas claves, que sintetiza el compromiso de todas las partes para una convivencia plural y democrática.
El diputado provincial, y profesor universitario, Diego Garciarena, también evocó lo ocurrido hace 106 años: “los estudiantes universitarios de Córdoba impulsaron un movimiento que proyectó la universidad pública de calidad, laica, autónoma, cogobernada y con compromiso social. Sus ideales siguen vigentes”.
También se manifestó su par de bancada, y docente, María Belén Malaisi: “Hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más, los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”. Siempre reformista y radical. Hoy, más que nunca, seguimos luchando por estos valores”.
Por su parte la dirigente Sandra París, profesora adjunta de la Universidad de La Plata, evocó una frase del manifiesto de la Reforma: “Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden”.