Convocado inicialmente como otro acto de “Operativo Clamor”, CFK pegó el volantazo al confirmar que no será candidata. Los ojos estarán puestos en “Wado” de Pedro, que gana terreno para ser su elegido a algún cargo. El resto de la coalición pega faltazos o asiste por su cuenta. No hay rastros de los próceres de la Patria.
La fecha patria del 25 de Mayo dejará en evidencia las enormes fricciones que corroen al Frente de Todos. Lejos de servir como una foto de unidad, cada uno de los componentes del oficialismo utilizarán la Plaza de Mayo como un escenario en el cual el albertismo, el kirchnerismo y el Frente para la Victoria se mostrarán por separado.
Cristina Kirchner aprovechará la ocasión para mostrarse por primera vez luego de volver a confirmar que no será candidata a ningún cargo. El acto lo ha vendido como un homenaje a su esposo Néstor Kirchner, que ha eclipsado por completo a próceres como Manuel Belgrano, José de San Martín o Mariano Moreno. Poco, por no decir nada, han hablado sobre gestas que enorgullecen a todo el pueblo argentino. En su lugar privilegió la interna peronista.
En la previa, La Cámpora fogoneó —como en los últimos meses— lo que denominó “operativo clamor”. La operación, sin embargo, cayó en saco roto. Le pedían a Cristina que se postulara a la presidencia de la Nación pese a que ella misma, cuando fue condenada por la causa Vialidad, dijo que “no sería candidata a nada”. Desde entonces se autopercibió como proscripta, pese a que no tiene ningún impedimento legal para competir. Sus seguidores, de todos modos, le insistieron, aun cuando en la práctica hubiera significado que su líder no cumpliera con su palabra. Finalmente la propia vicepresidenta les puso el freno de mano con una carta en la que volvió a dar un paso al costado.
De ahí en adelante el Frente de Todos se divide entre quienes piden definir a su candidato presidencial por medio de las PASO. A eso adhieren Alberto Fernández y La Cámpora, cada uno por su lado. En la vereda de enfrente, Sergio Massa recalcó que “sería un gravísimo error exponer las diferencias en una primaria” y que “no les entra un quilombo más”.
En medio de esa indefinición, el kirchnerismo se debate entre Axel Kicillof y Eduardo “Wado” de Pedro como candidatos a Nación y provincia de Buenos Aires, sin tener claro a cuál jurisdicción anotaría a cada uno, ni con cuál método.
La jugada es seguida con sigilo por Sergio Massa, quien juega al despiste sin anunciar formalmente si intentará imponerse como abanderado presidencial del Frente de Todos, bien sea con las PASO o por consenso.
Cada uno por su lado
Para el acto en la Plaza de Mayo, previsto para esta tarde, Cristina Kirchner contará con la presencia de Eduardo “Wado” de Pedro, ministro de Interior de la Nación, y sobre quien están puestas las miradas de La Cámpora. También se prevé que esté Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires. A ellos se sumará el diputado Máximo Kirchner.
Alberto Fernández, en su carácter de presidente de la Nación, tiene previsto asistir al Tedeum, pero posteriormente se retirará. Eso pese a que se autopercibe como fundador del kirchnerismo tras haber sido jefe de Gabinete de Néstor Kirchner.
Sergio Massa, ministro de Economía y líder del Frente Renovador, asistirá a una reunión con el presidente electo del Paraguay, Santiago Peña, alrededor del mediodía, sin que quede claro a qué hora quedará liberado.
Se dará, de todos modos, una situación peculiar: asistirán ministros que sobre el papel responden al Presidente, pero que en la práctica están distanciados de la gestión de la cual forman parte.
Aníbal Fernández, ministro de Seguridad de la Nación, confirmó que estará: “Nunca jugué contra un presidente peronista, como sí lo han hecho otros compañeros que jugaron en contra de Alberto y le hicieron la vida imposible”, acusó en declaraciones a Radio con Vos.
Otra figuras que dirán presente serán Juan Grabois, Agustín Rossi y Daniel Scioli, todos anotados como precandidatos presidenciales.
Rossi es el actual jefe de Gabinete, y Scioli embajador en Brasil, por lo que son fichas que deberían responder al Presidente, pero que en los hechos, como se ve, actúan por cuenta propia.
Son solo algunas de las pinceladas de cómo el kirchnerismo preparó este acto y cómo, en la vorágine de la interna, fue tensionándose. Con tantos frentes abiertos, no se espera que Cristina Kirchner señale con su dedo a quién prefiere como candidato, aunque fiel a su estilo, mantendrá la incertidumbre hasta el final.
A los que asistan, es casi seguro, los espera una tormenta en el sentido literal de la palabra: están pronosticadas lluvias intensas durante todo el día, hasta el viernes inclusive.