El presidente de Corea del Sur, el conservador Yoon Suk Yeol, ante la caída en el nivel de aprobación y las dificultades para imponer su programa en el parlamento, decretó hoy la Ley Marcial.
Si bien el argumento es el permanente conflicto con el vecino del norte, poco tiene que ver en este caso. La excusa de supuestas simpatías de la oposición parlamentaria con el régimen de Corea del Norte, resulta ridícula.
“Para salvaguardar una Corea del Sur liberal de las amenazas de las fuerzas comunistas de Corea del Norte y eliminar los elementos antiestatales… Por la presente declaro la ley marcial de emergencia”, dijo Yoon en un discurso televisado. Tras el anuncio, la oposición llamó a una reunión de emergencia a sus legisladores.
Esta situación política se da cuando el oficialismo y la oposición del Partido Democrático están discutiendo el presupuesto, al que estos últimos habían hecho reducciones.
La coyuntura política se agrava dado que el presidente rechaza, además, investigaciones independientes sobre su figura y su esposa.
Yoon en su discurso señaló: “Sin tener en cuenta los medios de subsistencia del pueblo, el partido de la oposición ha paralizado la gobernanza únicamente en aras de la destitución, las investigaciones especiales y la protección de su líder frente a la justicia”. Y agregó: “Nuestra Asamblea Nacional se ha convertido en un refugio para delincuentes, una guarida de la dictadura legislativa que pretende paralizar los sistemas judicial y administrativo y anular nuestro orden democrático liberal”.
Acusando a los legisladores de la oposición de recortar “todos los presupuestos clave esenciales para las funciones básicas de la nación, como la lucha contra los delitos de drogas y el mantenimiento de la seguridad pública… convirtiendo el país en un paraíso de la droga y en un estado de caos de la seguridad pública”.
Yoon acusó a la oposición, mayoritaria en el Parlamento de 300 miembros, de “fuerzas antiestatales que pretenden derrocar el régimen” y calificó su decisión de “inevitable”.
Y peligrosamente dijo: “Restauraré la normalidad en el país deshaciéndome de las fuerzas antiestatales lo antes posible”.