domingo 22 de diciembre de 2024
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Como en un cómic de la Guerra Fría

El general Alejandro Agustín Lanusse, último presidente de una dictadura de derecha no dudó en reunirse con su par de Chile, el socialista Salvador Allende, en 1972, a la hora de cerrar filas por encima de las barreras ideológicas, para evitar que Sudamérica se convirtiera en otro Vietnam del conflicto Este-Oeste.

Doce años después, hace cuarenta años, el presidente Alfonsín no dudó en firmar un acuerdo de paz con la dictadura del general Pinochet para cerrar el centenario conflicto limítrofe por el canal de Beagle, luego de la conclusión de la mediación papal que evitó una guerra. Había también razones estratégicas y geopolíticas: era la preservación de la región como zona de paz, un escudo protector para que los procesos de transición a la democracia se robustecieran y terminaran prosperando en el contexto adverso de un recrudecimiento de la Guerra Fría en Centroamérica.

Esa visión estratégica es un activo de la política exterior argentina que contrasta con decisiones y acciones como la ausencia del canciller Gerardo Werthein en las ceremonias por el 40 aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre la Argentina y Chile, en el Vaticano.

Al presidente Milei no le interesa mucho todo esto. Porque para él -así lo dijo- la Guerra Fría no ha terminado, y el comunismo no cayó con el fin de la Unión Soviética sino que cambió de cara, se camufló y se apoderó de Occidente. De ahí la “batalla cultural” retro-futurista que plantean. En su discurso ante la CPAC, fundación ultraconservadora estadounidense que se reunió días atrás en Buenos Aires, lo manifestó sin ambages: “Hubo alguien (al) que se le ocurrió decir que con la caída del muro era el fin de la historia. Nos retiramos del campo de batalla y ellos avanzaron sin ningún tipo de problema”.

Así describe el presidente ese “campo de batalla”. De un lado “el Chile de Lagos, Bachelet y Boric, el Uruguay de Pepe Mujica y Tabaré Vázquez, el Brasil de Lula y Dilma Rousseff, la Colombia de Petro, la España de Zapatero y Pedro Sánchez…” junto con “la Venezuela del asesino criminal de Maduro que lo siguió a Chávez; el mentor de toda esta basura, Fidel Castro y sus secuaces que hoy siguen en el poder” y los cuatro gobiernos kirchneristas que lo antecedieron.

Todos en la misma bolsa. Del otro lado, Donald Trump, el salvadoreño Nayib Bukele “y nosotros aquí en Argentina…, una internacional derechista, para que los zurdos no nos entren por ningún lado nunca más” (textual). La contradicción fundamental, para el credo libertario, no es, de tal modo, república liberal o populismo, tampoco democracia o dictadura, sino “los buenos contra los malos”, “las fuerzas del bien” vs. “las fuerzas del mal”. Como en un cómic, serie o película de la Guerra Fría.

Publicado en Clarín el 14 de diciembre de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/comic-guerra-fria_0_onMmad0a9L.html

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