El evento se llevará a cabo entre el 20 y 24 de marzo. No se esperan críticas ni denuncias contra Maduro, Díaz-Canel, Ortega ni Bukele.
La Argentina acogerá el III Foro Mundial de Derechos Humanos, con una serie de foros, debates y conciertos que se celebrarán entre el 20 y 24 de marzo en distintas sedes de la Ciudad de Buenos Aires, como la ex ESMA, el Centro Cultural Kirchner y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Aunque coincide con 2023, cuando se cumplen 40 años de democracia ininterrumpida en el país, quedaron completamente excluidas de los paneles las críticas situaciones de países como Cuba, Nicaragua, Venezuela y El Salvador.
“En el panel ‘Discursos de odio, neofascismo y derechos humanos’ no se aborda el caso de Miguel Díaz Canel cuando el 11 de julio de 2021 llamó a reprimir manifestantes con la frase ‘la orden de combate está dada, la calle es de los revolucionarios’”, denunció, a modo de ejemplo, Jesús Delgado Valery, director del área de desarrollo institucional de Transparencia Electoral.
De la misma manera, Valery puso la lupa sobre otras omisiones, como que en “Derechos humanos y la lucha de las mujeres” se haga caso omiso a las presas políticas en Cuba y Venezuela, o las recientemente expatriadas de Nicaragua.
“Un caso escandaloso es el del panel “Tortura, desapariciones forzadas y derechos humanos”, que no contempla los hallazgos de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU en Venezuela, el cual documenta torturas y violaciones”, agregó Valery.
Otro suceso, no solo de peso en gravedad sino en cuanto a su repercusión mediática, es el de hacerse la vista gorda con la situación de El Salvador, donde hay “documentadas violaciones de derechos humanos en nombre de la seguridad”, pero no figura entre los puntos a tratar en el panel “Seguridad ciudadana, violencia y derechos humanos”.
Con Cuba, Nicaragua y Venezuela, el gobierno peronista mantiene lazos de afinidad ideológica que lo han llevado a buscar continuamente artilugios para no denunciar a sus socios en algunos organismos internacionales, a relativizar los testimonios de víctimas, o justificar en supuestos bloqueos económicos situaciones de censura, persecución o la existencia de presos políticos. Con El Salvador, gobernado por Nayib Bukele, han optado por el silencio.
A finales de enero, cuando Buenos Aires fue sede de la cumbre de la Celac, Alberto Fernández recibió con honores a Miguel Díaz-Canel, invitó a Nicolás Maduro, y recibió al vicepresidente de El Salvador y representantes de Nicaragua.