El fundador de Recambio Alvaro de Lamadrid señaló que Cristina pone en riesgo la democracia para intentar salvar su relato y evitar la cárcel o el exilio. Aprovecha su cacareo para lanzar su candidatura para 2023.
Tira del mantel y redobla la apuesta, intimidando a jueces y fiscales, manda mensajes mafiosos. Nada nuevo bajo el sol.
El uso de su investidura de Vicepresidente, con la bandera atrás, para defender la corrupción más grande de la historia, de la cuál la causa Vialidad es parte menor, manda una postal al mundo de republiqueta bananera incompatible con una República donde rige el estado de derecho.
Lo de CFK es patético pero a la vez peligroso. Buscará generar violencia para avalar su victimización. De la causa sólo realizó una mediocre y mendaz lectura de datos confusos que no explican cómo se generó el millonario botín del saqueo perpetrado por el Consorcio Báez/Kirchner.
Hacer de la calamidad de la corrupción un partido de tenis y pretender echar a todos al barro, como ya hizo con su propio Presidente, no salva a CFK de ser la artífice de la mayor matriz de corrupción que registre la historia Argentina. Por más que grite, extorsione o intimide. Cristina Kirchner demuestra que usa la inteligencia del estado para indagar en la vida y relaciones intimas de los magistrados, una velada intimación que nos confirma las peores sospechas del caso NISMAN.
La grieta es la corrupción y no se puede cerrar por la fuerza indultando y reciclando corruptos. La grieta se cierra con justicia y con cárcel y castigo a la corrupción