jueves 28 de marzo de 2024
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El Banco Mundial se “equivocó” en Chile

En declaraciones al diario estadounidense The Wall Street Journal de hace dos semanas, el economista jefe del Banco Mundial Paul Romer reconoció cambios metodológicos en el informe “Doing Business”, que evalúa el ambiente más o menos propicio para hacer negocios en unos 190 países del orbe. Dichos cambios habrían sido introducidos ex profeso para perjudicar al gobierno de Michelle Bachelet, a la sazón presidente de Chile.

Tras su “confesión”, Romer envió una carta al presidente del Banco, Jim Yong Kim en la que renunciaba “indeclinable e inmediatamente” para retornar a su cátedra en la Universidad de Nueva York.

El informe maltrataba a Chile con un índice negativo en los últimos cuatro años, a la vez que resultaban positivos para el período 2010 -2014, coincidentes con el gobierno de Sebastián Piñera, quien resultara electo recientemente para suceder a Bachelet. El índice evalúa aspectos clave para iniciar negocios en 190 países, tales como el número de días que le toma a una empresa cumplir con todos los trámites para su apertura, qué tan fácil resulta la obtención de permisos o la facilidad para hacer pagos de impuestos –todos aspectos que han sido el centro de la preocupación de la política económica de Mauricio Macri, en Argentina–.

La campaña de Piñera tuvo como latiguillo central cuestionar la baja productividad económica del mandato de la todavía presidenta, quien había emprendido una serie de reformas que tenían como objeto  reducir la extrema desigualdad en su país.

Romer expresó: “Quiero disculparme personalmente con Chile y con cualquier otro país en el que transmitimos una impresión equivocada”. Lo cierto es que el daño ya está hecho para Bachelet –y su política de reducción de la desigualdad– y el favor para Piñera, con su política pro mercado que seguramente profundizará la desigualdad o, al menos, no la variará.

El ranking –como los informe de las calificadoras de riesgo– tiene el poder de atraer o repeler las inversiones, tanto nacionales como extranjeras, dado que las grandes empresas lo toman como referencia cada año para evaluar la apertura de negocios.

Las declaraciones de Romer –que involucran de lleno al Banco Mundial– produjeron protestas oficiales por parte de Chile, cuyo ministro de Economía Jorge Rodríguez Gro la calificó como “una inmoralidad pocas veces vista.” Bachelet, por su parte, anunció que solicitarían formalmente al Banco Mundial “una completa investigación dada la gravedad de lo sucedido.”

Tras el escándalo, el Banco Mundial emitió un comunicado en el que reconoció que había realizado cambios de metodologías, pero con el fin de “refinarlas y fortalecerlas.” “Es importante señalar que tratamos a todos los países por igual en nuestra investigación, y los indicadores y la metodología de Doing Business están diseñados sin ningún país en mente, sino para que el clima empresarial general sea mejorado”, indicó el organismo.

“La puntuación de distancia a la frontera (DTF) muestra la distancia de cada economía a la ‘frontera’, que representa el mejor desempeño observado en cada uno de los indicadores en todas las economías de la muestra de Doing Business desde 2005. La distancia a la frontera de una economía se refleja en una escala de 0 a 100, donde 0 representa el rendimiento más bajo y 100 representa la frontera. La clasificación de la facilidad para hacer negocios oscila entre 1 y 190.” (Informe Doing Bussines 2018)

Como parte de su arrepentimiento, Romer publicó una “corrección”: “Pensé que sería útil ilustrar cuáles serían las clasificaciones bajo una medida invariable del clima de negocios.” En su aclaración Chile pasaría del puesto 55 al 51 para 2017.

Cabe destacar que pese a los resultados negativos, Chile es el tercer país más competitivo para los negocios de América Latina, según el mismo informe.

 

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