sábado 20 de abril de 2024
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Marcelo Alegre: “Los jueces ponen y sacan causas del freezer a su antojo”

El abogado y profesor Marcelo Alegre fue nombrado esta semana al frente del Instituto Gioja de investigaciones jurídicas de la UBA. En esta charla con Veinte Manzanas habla sobre la Justicia -con sus fallas, grietas y arbitrariedades- y sobre la necesidad de un fallo de la Corte sobre el aborto.

 

El presidente de la Corte Suprema de la Nación abrió el 2019 admitiendo que la Justicia sufría una crisis de legitimidad. ¿Qué hacemos como sociedad cuando el juez número uno nos dice “Yo sé que no nos creen”?

Es un primer paso. Creo que es positivo que por lo menos exista ese reconocimiento, es mejor a que los jueces sigan encapsulados, disfrutando de su enorme poder y totalmente indiferentes al hecho de que la gente ya no confía en la Justicia en general.

 

¿Cuántos delitos quedan impunes en la Argentina?

Más de 95% denuncias quedan en nada. En muchos casos es por la arbitrariedad de los jueces que usan el tiempo y el “cajoneo” hasta que las causas terminan prescribiendo. Los jueces ponen y sacan causas del freezer de acuerdo a su conveniencia, para apretar al poder, etcétera. En el año '96, cuando yo era un abogado practicante, formulé una denuncia contra los 12 jueces federales por recibir sobresueldos en negro de la SIDE. Más que el sobresueldo en sí -que generaba una desigualdad con el resto de los funcionarios- o la ilegalidad de que se pagara en negro, me preocupaba sobre todo el hecho de que el pagador fuera la Secretaria de Informaciones del Estado. El tiempo fue confirmando el temor y muchos de esos jueces siguen hasta hoy en esa connivencia sucia con los servicios de inteligencia. La impunidad es doble porque si la justicia no funciona quedan impunes los delincuentes pero también los difamadores y los denunciadores seriales. Finalmente la ciudadanía no puede determinar o ver que se determine qué es cierto y qué es falso. Todo esto termina acentuando la anomia.

 

Es increíble pensar que se pudo llevar a cabo el Juicio a las Juntas viendo cómo funciona la Justicia hoy en día. ¿Fue una excepción?

Ese gran juicio se llevó a cabo a pesar de enormes dificultades que hubo que superar de orden jurídico, hubo que esperar al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, tomar decenas y decenas de testimonios en un juicio público que fue ejemplar y en menos de dos años, en noviembre del '85, ya existía una sentencia de la Cámara Federal. Fue una excepción sin ninguna duda pero es un modelo a seguir en muchísimos sentidos. Por ejemplo, el Juicio a las Juntas produjo algo que políticamente era muy importante: concentrar la responsabilidad. Si bien luego la Cámara ordenó perseguir al resto de los militares el Juicio a las Juntas consiguió centralizar la responsabilidad de las atrocidades de la represión en los máximos responsables. Por eso yo digo que aún cuando luego hubo leyes como el Punto Final o la Obediencia Debida, la impunidad con mayúsculas termina con el Juicio a las Juntas. Esa es una lección a aprender, la necesidad de que se juzgue de manera prioritaria, especial, a los grandes responsables. Un juicio con 200 o 300 imputados es un juicio que no va a conducir a nada. 300 imputados son 300 abogados planteando 300 chicanas por semana, esos esos mega juicios en general terminan prescribiendo a los 15 ó 20 años  Entonces falta que la Justicia ponga el foco en los principales responsables en estos casos me refiero a los responsables de la corrupción esa es otra lección para aprender del juicio a las juntas.

 

¿Es decir que la Causa los Cuadernos no va conducir a nada?

Me preocupa el hecho de que una causa con tantos imputados termine diluyéndose la responsabilidad de los grandes responsables, que es lo prioritario que la sociedad necesita ver. La corrupción se produjo porque hubo altísimos funcionarios que no tenían ningún apego a la ética, entonces es muy importante exponer la responsabilidad de los principales autores de la corrupción. Donde uno juzga a 300 personas en la misma causa, termina diluyendo la responsabilidad y, por lo tanto, la necesidad de alcanzar la verdad y de que se haga justicia.

 

¿Qué pensás de la figura del arrepentido que ha sido instrumental en esa causa?

Creo que es una figura importante porque es la única forma que se conoce hasta ahora para tratar de bloquear y desmantelar las grandes organizaciones delictivas.

 

¿Hay una grieta en la Justicia en el más alto nivel cuando una Corte Suprema funciona por bloques para la votación, como si fuera el Congreso?

Es algo que se está observando, espero que pase… Creo que tiene que ver con el enojo por el cambio de autoridades y que a medida que pasa el tiempo se irán cicatrizando las heridas. Sería muy malo para el país la idea de los bloques. La Corte Suprema disfruta de un enorme poder y en la Argentina, como en otros países, tiene el poder además de invalidar legislación democrática, de decir “Esta ley perfectamente votada y aprobada en el Senado y Diputados de todas maneras viola la Constitución” Ese es un poder enorme, tiene que ser ejercido responsablemente y no admite la existencia de bloques. La Corte tiene que ser gobernada a través de los mejores argumentos, no puede haber bancadas y no puede haber bloques.

 

El intendente de San Antonio de Areco declaró la semana pasada que los jueces deben militar en política. Mientras gobernaba, la presidente Fernández de Kirchner había pedido a los jueces que dijeran a qué partido político pertenecían. ¿Hay una doctrina del derecho detrás de estas ideas?

Creo que los jueces tienen que decir cuáles son sus simpatías políticas y me parece mal que los jueces de la Corte provengan exclusivamente del Poder Judicial. Me parece excelente que vengan jueces de la política, que vengan jueces de la profesión o de la academia. Pero otra cosa distinta es la unidad del poder político, que es uno de los pilares de la concepción populista de la democracia. Esa concepción -además de dividir a la sociedad entre amigos y enemigos y de hacer depender todo de un líder- tiene la idea de que el poder es uno sólo y que por lo tanto el pueblo debe manifestarse a través de un único canal de poder. Eso no admite la división de poderes, que es un elemento esencial en una república. El problema con la idea de la unidad de poder es que es incompatible con la existencia un poder judicial independiente y eso implica varias cosas: si, como dijo el intendente Durañona, los jueces de la Corte fueran todos militantes, lo primero que se terminan son los derechos individuales y de las minorías, es decir el Derecho dependería puramente de lo que las mayorías en el Congreso determinaran. Lo segundo que se termina son los controles. Y como decía el General Perón: las personas son buenas, pero si se las controla son mejores.  

 

Con respecto a la despenalización del aborto, un tema sobre el que has estado investigando, ¿por qué crees que la Cámara de Diputados votó diferente que el Senado el año pasado?

Esa diferencia es fundamental. La Cámara de Diputados es la que expresa al pueblo argentino en su conjunto, entonces es muy importante saber que la cámara más democrática, la más representativa, estuvo a favor de despenalizar el aborto y que por tres o cuatro votos en el Senado -que es una cámara más aristocrática, que representa a las provincias y no al pueblo-, la ley fue frenada. Creó varias cosas; en primer lugar creo que hubo una injerencia indebida de la iglesia, hasta del propio Papa, qué es una intromisión en los asuntos internos de un país; creo que la discusión sobre el aborto pone sobre la mesa la necesidad de una sociedad más laica, de separar a la iglesia del Estado; creo, además, que el debate se dio sin límites constitucionales. ¿Qué quiere decir esto? Lógicamente en un debate en el Congreso no hay límites, se puede decir cualquier cosa (y de hecho escuchamos diputados y senadores diciendo literalmente cualquier cosa). Por eso yo creo que  no estaría mal y fortalecería el debate democrático que la Justicia y la Corte Suprema volviera a pronunciarse sobre el tema del aborto. En el año 2012 la Corte Suprema produjo un fallo muy importante, el fallo FAL, donde decía que toda mujer embarazada fruto de una violación tiene derecho al aborto incluso sin límite de tiempo. Sin embargo hemos visto que en el Congreso se utilizó básicamente en contra de la ley un solo argumento que es el argumento de decir que el embrión o el feto es un “niño pequeño”. Si eso fuera así entonces tampoco se debería permitir abortar a las mujeres violadas.

 

Hay alguna gente que está proponiendo eso…

Hay alguna gente, es una minoría, pero hay alguna gente que se atreve a afirmar eso y eso en la Argentina está fuera de la ley porque lo dijo la Corte Suprema. Por eso insisto que un debate sin límites constitucionales permitió escuchar ese tipo de argumentos que, después del fallo FAL, son totalmente inaceptables.

 

Esto sería un caso de lo que decías antes, que a los argentinos no les importa mucho la ley…

Bueno, en este caso es la Constitución, es la ley y son las decisiones de la Corte. Hay que decir que en muchas provincias se ha avanzado: han dictado protocolos de abortos legales de acuerdo a lo que el fallo FAL ordena, pero hay muchas otras provincias -por ejemplo en el norte, que está muy hegemonizado por el poder de la iglesia- donde no se está cumpliendo. Yo creo que es hora de que la Corte tome en sus manos el tema del aborto y dé un paso más allá, como lo ha hecho en los últimos 30 años. Nosotros tenemos ley de divorcio porque primero la Corte en un fallo muy valiente llamado Sejean dijo que violaba los derechos de las personas al no poder volver a casarse. La Corte también ha defendido otros derechos de las personas, como el de poseer drogas para consumo personal en tanto no afecte a terceros. Cada tanto la Corte ha marcado los límites constitucionales, ha dicho a veces “no importa” lo que lo que dice el Congreso o sí importa pero la Constitución está por encima y tenemos que poner límites. Además, a favor de la intervención de la Corte en este momento está el hecho de que la cámara democrática se manifestó a favor y el Senado -que debiera funcionar como una cámara federal-, no logró explicitar ningún tipo de objeción basada en los derechos de las provincias. La Corte tiene un buen respaldo con la media sanción de diputados para producir un fallo que dé un paso más adelante, garantizando el derecho de las mujeres a decidir cuándo y cómo ser madres. Creo que la sociedad está preparada para eso.

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Veinte Manzanas

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