Hace más de un año y medio que se encuentra detenido en una alcaidía de Melchor Romero pero no le gusta decir que está “preso” sino “secuestrado”. Es conocido como “El Rey de la Salada” y denuncia que es “un trofeo para el gobierno” de Cambiemos.
Jorge Castillo, de 61 años, empezó su trayectoria como zapatero, comprando retazos de cuero que eran desechados en la quema, y hoy es uno de los tres socios que administran el complejo Punta Mogotes, integrante de la popular feria informal de La Salada, la más grande de Latinoamérica. Hoy enfrenta cargos por asociación ilícita pero también tiene una causa por intento de homicidio contra un policía, tras resistirse a ser detenido en su mansión en un country de Luján. Desde su lugar de detención, Castillo brindó una entrevista al equipo de Nuevos Papeles, en la que habló de sus orígenes, la política local y el manejo de la Justicia.
-NP: ¿Por qué está detenido acá?
-JC: Estoy acá porque me están torturando, eso creen. Esto es un secuestro, no hay ninguna prueba de las acusaciones que hacen. Me acusan de asociación ilícita, busquen en la provincia de Buenos Aires, en la Municipalidad de Lomas de Zamora y en la Capital. Poner un puestito en la calle es una contravención, a lo sumo puede ser una asociación de contravenciones pero no una asociación ilícita. No hay ningún ilícito.
-NP: ¿Cómo comenzó la feria?
– JC: La empresa Punta Mogotes comenzó poniendo puestos en la vía pública, eso no necesita habilitación. Cobramos con la ticketera, nosotros tributamos. Lo que habría que hacer es una ordenanza de la municipalidad, como hacen los bares para poner las sillas y las mesas afuera, pero nunca hubo nada. ¿Quién es la mafia, nosotros o ellos los políticos? Este gobierno es un gobierno democrático pero es una dictadura judicial. Presiona a la gente con las causas.
-NP: ¿Cuál es su situación judicial actual?
– JC: Estoy acá porque me tienen que cuidar de que no me pase nada, es un lugar seguro, pero ya me tendría que haber ido. El record (de permanencia) lo tiene Carlitos Nair Menem. Estuve pidiendo que me trasladen a otro penal, con gente grande, más tranquilo. Acá tenemos 20 horas de encierro y 4 horas de patio, ellos piensan que así me castigan, pero soy como los perros de la calle que se echan en cualquier lado. No lo tomo como un castigo, es como la historia del anillo de Julio Grondona: “Todo pasa y esto también pasará”.
-NP: ¿A quiénes apuntan sus acusaciones?
– JC: Voy a denunciar a (el procurador bonaerense Julio) Conte Grand, porque está digitada la causa, acá no hay derechos. El fiscal sube la causa a juicio y pone los testigos, los entrevista, los llena de preguntas y siempre dicen la verdad. La administración somos tres personas: Antonio Corrillo, Aldo Presa y yo. Por la ley de sociedades somos los tres responsables, pero no ven la participación de los otros dos. Están tratando de borrarse del mapa mis socios.
– NP: ¿Y a nivel político contra quién apunta?
– JC: Soy un trofeo para el Gobierno. Apunto a la gobernadora (María Eugenia Vidal). Desde el 2017 de junio para acá, esto es todo un negocio, lo que a mí me pasa es responsabilidad de la gobernadora, esto es una dictadura judicial, acá te meten preso, esa es el arma secreta de Macri. “Pepín” (Fabián Rodríguez Simón) maneja toda la justicia en capital y Conte Grand tiene que dar un paso al costado, no puede pertenecer al elenco del gobierno, él tiene que ser individual.
Vidal me trata de mafioso, pero no soy mafioso. Laburaba más que ella, en todas las vidas que vaya a tener. No hay una escucha en mi contra.
-NP:¿Cuál es su vínculo con el intendente Martín Insaurralde?
– JC: Nunca quise a los políticos.
– NP: ¿Qué opinión tiene sobre la causa de los cuadernos?
– JC: Tendría que estar preso Macri, hasta Antonia, si Macri es producto de la obra pública.
– NP: Pero no figura en los cuadernos…
– JC: Está (Angelo) Calcaterra, el primo. Macri nunca trabajó, por eso no se lleva bien con el padre.
– NP: ¿Cree que el kirchnerismo manejó mejor la economía?
– JC: Soy amigo de Guillermo Moreno y siempre me peleo con él. El decía que solo tiene dos amigos radicales, Gerardo Zamora el gobernador de Santiago del Estero y yo. El labura, pero los radicales no saben laburar. Yo creo que acá en este país no hay salida. Todo lo que prometió este hombrecito (Macri) no hizo nada.
-NP: ¿Cristina Kirchner es la salida entonces?
– JC: Cristina tiene que bajarse del caballo, tenemos que ser todos terrenales. El día que entienda eso, no la para nadie. Y hay cosas que se equivoca, la gallina que pone los huevos de oro es el campo, y hay que cuidarlo, hay que meter trabajo.
– NP: ¿Le gustaría ser candidato?
– JC: No! Yo quiero criar a mis hijos.
“Los radicales están para inflar globos, no tienen vergüenza”
Jorge Castillo se reivindica como radical pero tiene una mirada muy crítica hacia el partido que hoy lidera Alfredo Cornejo y que integra la coalición oficialista. Según recuerda en diálogo con Nuevos Papeles, su militancia comenzó en Lomas de Zamora y su primera interna se la hizo a Raúl Alfonsín “por traidor”.
“Yo creo que todos tienen un muerto adentro del ropero, el radicalismo tuvo los pollos de Mazorín, después la Banelco y ahora no existen, son unos muertos de hambre. Si no hacen lo que están haciendo, no saben generar plata”. El Rey de la Salada admitió haber trabajado para la frustrada campaña presidencial de Julio Cobos en 2015 porque, de acuerdo a su criterio, “soy partidario de que vayamos solos en las elecciones, sea lo que sea, ya va a aparecer la juventud”. En el contexto de crisis, “el radicalismo también tiene que ser oposición, a la gente no le alcanza, y esto es consecuencia de este Gobierno”, dispara y se cuestiona: “Ha metido ciento y pico de mil millones de blanqueo, ¿dónde fue esa plata? Además estamos perdiendo todos los meses treinta millones de dólares con los intereses” de la deuda, advirtió.
Vecino de “Bebote” Alvarez, Castillo hace negocios por teléfono y diseña puestos desde la cárcel.
“Manejo todo por teléfono. A las 7 de la mañana viene el rondín, me sacan al patio y ya tengo el teléfono para mí, durante dos horas. Así administro, así construyo”, explica Castillo sobre su rutina en la alcaidía en La Plata, donde tiene acceso a un teléfono público que puede usar casi con exclusividad cuando el resto de los internos duerme. El zar de La Salada habla en tiempo presente sobre sus negocios y conoce al detalle los avances en la popular feria pero también de otros emprendimientos como el mercado informal que intenta emplazar en San Miguel o la ambiciosa “La Salada Market Play” que pretende llevar a Miami. Con palitos de helado sobre un balde cuenta que diseñó varios de sus últimos emprendimientos que espera volver a administrar una vez que cumpla la condena, pese a que aún no sabe cuántos años serán.
Castillo, que comparte el área con el barrabrava de Independiente Pablo “Bebote” Alvarez y con otros “seis o siete” referentes de la hinchada del club de Avellaneda con el que también simpatiza, reconoce que le cuesta resistir el encierro, pero dice aprovechar las cuatro horas fuera de la celda que tiene por día. “Acá leo, dibujo y corro, a veces un profesor nos saca a la cancha de fútbol, ya bajé más de cuarenta kilos”, comenta Castillo, que espera con ansiedad las visitas de su mujer Natalia Luengo y de sus abogados que le llevan revistas, diarios y recortes que lo mantienen actualizado.