En 2015 se redescubrieron antiguos planes nazis para combatir a sus enemigos, entre ellos destacó la intención de utilizar barras de chocolate como bombas. Las mismas estarían destinadas principalmente a los británicos que durante el conflicto bélico sufrieron una escasez generalizada de alimentos. Por entonces era sumamente difícil conseguir azúcar o chocolate. Lo que lo volvía aún más tentador.
Dibujos de explosivos de caramelo, bombas disfrazadas de latas de aceite de motor y otras “armas desagradables” completan el corolario de aquellas atrocidades. Según el Instituto Spincionano “Los dibujos de estas extrañas armas alemanas fueron hechos por un hombre inglés llamado Laurence Fish que trabajaba para la unidad de contra-sabotaje del MI5. Pretendían ser una guía de campo para las trampas explosivas alemanas, para enseñar a los agentes cómo difundir estas extrañas bombas si las encontraban. La viuda de Fish descubrió 25 de los dibujos después de la muerte de su esposo, pero fueron almacenados hasta que fueron descubiertos recientemente”.
Entre los papeles hallados destaca una carta de Lord Rothschild pidiéndoselos a Laurence: “Querido Fish, me pregunto si podrías dibujarme una losa explosiva de chocolate (…) Hemos recibido información de que el enemigo está usando losas de chocolate que están hechas de acero con una cubierta muy delgada de chocolate real (…) En el interior hay un alto explosivo y algún tipo de mecanismo de retraso … Cuando rompes un trozo de chocolate en un extremo de la manera normal, en lugar de que se caiga, se revela un trozo de lienzo pegado en el medio del trozo que tiene roto y un tictac en el medio del resto de la losa”.
Las fechas en que fueron realizados estos bocetos concuerdan con el descubrimiento de un complot, pergeñado por infiltrados alemanes, para asesinar a Winston Churchill con una bomba de chocolate. Todo salió a la luz justo cuando se estaba preparando la nociva golosina.
Pero la Alemania Nazi no fue la única que apeló a los chocolates durante el enfrentamiento. Estados Unidos solicitó a una reconocida fábrica especializada en el tema la fabricación de barras de chocolate para sus soldados, debían ser especiales: aportar nutrientes, no derretirse –pues las llevarían en el bolsillo-, tener un tamaño práctico y no saber muy bien, para evitar que se las comieran antes de tiempo. El resultado se conoce como las “barras Logan” y resultaron ser tan horribles que los soldados no las consumieron prefiriendo pasar hambre.
Publicada en Los Andes el 1 de mayo de 2020.
