Luego de la convocatoria a un paro de CTA de 36 horas para el 24 de septiembre, que coincidirá con una medida similar impulsada por la CGT para el día siguiente, el coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, Luis Campos, realizó en diálogo con Nuevos Papeles un análisis sobre el mercado laboral y las perspectivas de conflictividad para la segunda mitad del 2018.
“Hay un deterioro del mercado de trabajo a pasos muy grandes”, explicó Campos, que mostró su expectativa de que el gobierno de Mauricio Macri “tenga un as bajo la manga” para intentar controlar las principales variables macroeconómicas como la cotización del dólar o la inflación.
A continuación, los tramos centrales del diálogo con el economista:
-NP: ¿Cómo se gestó la decisión de convocar a un paro para el próximo 24 de septiembre?
– LC: Es una medida que dada las actuales condiciones del mercado de trabajo, la evolución salarial y de los datos de empleo, era casi una consecuencia lógica de todo ese proceso. Con un incremento de la intensidad de la conflictividad laboral, creo que una huelga general de estas características no es más que una demostración de algunas variables como el proceso de deterioro de las condiciones de trabajo, de la economía formal e informal. Se trata de la respuesta tradicional de los trabajadores con una perspectiva de mediano plazo que te inserta dentro de un ciclo de conflictividad social.
-NP: El observatorio realiza un informe trimestral sobre el mercado laboral basado en cifras oficiales. ¿Cuáles fueron las principales conclusiones de la última edición?
– LC: En el informe del segundo trimestre se vio un crecimiento no de la cantidad de conflictos sino en su intensidad: se prolongan cada vez más tiempo, involucran a más actores, son acciones más contundentes. Esto se da en medio de un deterioro del mercado de trabajo a pasos muy grandes, acompañado por una situación económica del país que genera las condiciones para que esta sea la respuesta esperable.
-NP: De acuerdo al informe, el ritmo de generación de nuevos empleos no fue en simultáneo a la incorporación de trabajadores al mercado…
-LC: Eso es así con las cifras de mayo y se estima que cuando se conozcan los datos de junio, julio y agosto se seguirá en la misma línea. Van a ser meses muy malos para el mercado de trabajo y no hay perspectivas de que en el corto plazo vaya a revertirse.
Este es un indicador de una caída persistente y contundente de mediano plazo de la participación activa de los asalariados registados en el sector privado sobre el conjunto de la población. Hay que aclarar que no es un indicador del crecimiento del desempleo, pero lo que muestra es una señal de precarización de la estructura ocupacional, porque la modalidad más virtuosa del empleo es la que menos crece. Es importante marcar que entre 2011 y 2015 fue el sector público el que estuvo más dinámico, mientras que las modalidades de inserción por cuenta propia a partir de 2016 son las que impidieron que el desempleo crezca significativamente en estos últimos dos años.
-NP: ¿El sector privado puede contener el recorte de empleos públicos que se viene dando desde fines de 2017?
-LC: El sector privado registrado no está absorbiendo mano de obra, sino lo contrario. Es muy claro en la industria manufacturera, en el caso de servicios no necesariamente, se mantiene mas estable, en la construcción venía creciendo muy fuerte pero todo indica que en los próximos meses va a dar un signo negativo. En los próximos meses va a ver un crecimiento del cuentapropismo como forma de inserción, pero es una estrategia superficial.
-NP: ¿El análisis de los datos de la economía combinados con los reclamos de los movimientos sociales, permiten anticipar un diciembre ‘caliente’?
-LC: A esta altura, el riesgo es que diciembre se adelante. Si el Gobierno no brinda alguna señal de que va a tener bajo control las principales variables de la macroeconomía o que va a generar mecanismos de salvaguarda o de tutela para los trabajadores formales e informales, vamos a tener unos meses donde los niveles de conflictividad social pueden incrementarse.
-NP: El dólar es una de esas variables que debería tener bajo control el Gobierno pero ¿por qué el equipo económico parece no poder cumplir con el objetivo?
-LC: Siempre se aspira a que tengan algún as bajo la manga, que tengan la situación bajo control pero me parece que esa idea está con serios interrogantes. Lo que parece es una salida descontrolada de una serie de decisiones que se vinieron tomando hace mucho tiempo. Hoy la pelota está en la cancha del Gobierno, es el que tiene que enunciar cuáles van a ser las medidas para que se estabilice esta situación y no se traduzca en un mayor ajuste sobre los trabajadores. Si la respuesta es redoblar el ajuste, se va a traducir en mayores niveles de conflictividad pero dudo que vaya a ser efectivo. Hay que ver si tienen la situación bajo control, desde afuera no parece.