martes 10 de junio de 2025
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Los resbaladizos laberintos de la política

I. Amplio consenso en admitir que el gobierno nacional está bien parado, que ocupa el centro de la escena política, que dispone de iniciativa, que controla la calle… en definitiva… que Milei hoy está bien o muy bien. La apreciación de la gente no es equivocada, los datos cotidianos así lo reflejan advirtiendo que esos datos cotidianos (inflación, superávit fiscal, control de la calle,) son reales pero esa realidad es una construcción política, e incluso ideológica y simbólica. Un dato importa destacar: cuando se admiten las bondades del gobierno, las bondades o sus aciertos, la evaluación suele estar acompañada de un desganado “por ahora”. Y sobre ese “por ahora” hay que prestar atención porque de una manera más o menos consciente queda abierto un futuro en puntos suspensivos, como si continuara pendiente el interrogante básico que acompaña a Milei desde que fue elegido presidente. ¿Le irá bien o le irá mal? Un interrogante que tal vez acompañe a cualquier gobierno pero convengamos que con Milei es más intenso. Si los incondicionales del gobierno consideran que somos protagonistas de un cambio decisivo en la historia nacional, sus opositores más duros insisten que MIeli se derrumba en el primer tropezón, que está transitando por los últimos tramos de la luna de miel. Especulaciones para los especuladores. Lo objetivo es el presente, y el presente para Milei es alentador, reforzado porque en la vereda de enfrente no hay nadie que le haga sombra. Por lo menos hasta la fecha no lo hay, salvo que alguien crea que Cristina es la alternativa. ¿Lo es? Podemos responder como mejor nos parezca, pero por ahora uno de los más interesados en que Cristina sea la candidata de la oposición es Milei.

II. Elecciones desdobladas en la provincia de Buenos Aires por disposición de Kicillof a pesar de las sugerencias de Cristina, quien finalmente no solo que aceptó que perdió la pulseada con su ex discípulo, sino que, fiel a su estilo, redobló la apuesta anunciando que se presentará de candidata a diputada provincial por la seccional tercera, la seccional de La Matanza y Lomas de Zamora, la seccional en donde votan cinco millones de personas (el doble de la provincia de Santa Fe), la seccional que concentra todos los vicios y miserias de la política criolla y la seccional donde Cristina dispone de una aceptación de alrededor del cincuenta por ciento de los votantes. Si Cristina es candidata la elección inevitablemente se nacionaliza y la campaña girará alrededor de las virtudes o el prontuario de quien es -no olvidarlo- la actual presidente nacional del Partido Justicialista. Se dice que Cristina será derrotada en las urnas, pero esa afirmación quiero verla confirmada por los hechos. Nos guste o no, y a mí no me gusta, Cristina es una de las dirigentes políticas con más aceptación social en el país. Es verdad que también es la más rechazada, pero el dilema político lo resolverán las urnas y no nuestros deseos.

III. Todo está complicado en estos comicios bonaerenses. La gran complicación, la primera, es la situación judicial de Cristina. ¿La Corte ratifica o no su condena? Y si lo hace, ¿lo hará antes del 19 de julio o después, es decir, cuando ella ya formalice su candidatura y por lo tanto sea beneficiaria de los fueros? No concluyen allí las preguntas. Jurídicamente, una mayoría significativa de los argentinos de bien consideran que es justo que Cristina sea definitivamente condenada, pero en esa propia mayoría hay dudas políticas que no son menores. Así se presentan las cosas en el resbaladizo laberinto de la política. Cristina condenada y a la cárcel en el presidio o en su casa, se transforma en una bandera de lucha del peronismo. Una bandera que ni siquiera los peronistas no cristinistas podrán renunciar a agitar. No sé si a Kicillof le conviene una Cristina “mártir”, una campaña electoral donde el eje principal del peronismo necesariamente será la libertad de la Jefa. Tampoco sé si a Milei le conviene el martirologio de su rival, cuando él estima que puede derrotarla sin complicaciones en las urnas. Todo es tan asombroso en política que no debería sorprendernos que los muchachos de La Libertad Avanza sean los más interesados en que Cristina no sea condenada. No olvidar que Cristina no se desvincula del presente pero sus ojos están puestos en 2027, y su fantasía -si es que ella es capaz de sostener fantasías- es reeditar la saga de Lula: cárcel y después la presidencia. ¿Le irá bien? No hay respuestas, porque ninguna apuesta asegura una respuesta.

IV. El aumento para los jubilados no será posible. Por lo menos es la opinión del gobierno que, para disipar cualquier duda al respecto, ya anunció que si el proyecto se aprueba en Senadores lo vetará sin que le tiemble el pulso. Adiós aumento y adiós actualización de bonos y adiós moratorias. El gobierno dispone de sus razones para negar el aumento, pero los jubilados también disponen de las suyas. Las razones del gobierno están en sintonía con la responsabilidad del poder y atendiendo una realidad previsional que desde hace por lo menos un par de décadas es calamitosa. Fiel a sus exquisitos modales, Milei calificó a los legisladores que tuvieron la mala ocurrencia de habilitar un aumento para los viejos, de “degenerados fiscales”. Palabras más palabras menos, lo que queda claro es que el jubilado real de carne y hueso siente que ha sido unos de los forjadores del maravilloso superávit fiscal. Esto quiere decir, si vamos a creer en la palabra de Milei, que los viejos han contribuido con sus bolsillos a hacer realidad “la transformación económica más extraordinaria de la historia de la humanidad”. Milei dirá que el superávit fiscal no se puede tocar porque se derrumba todo y, explicará las barrabasadas que cometieron los gobiernos K regalando jubilaciones y pensiones como quien regala caramelos. Insisto: todo muy atendible, pero al abuelo no lo arreglan con explicaciones técnicas, explicaciones dadas por el gobierno que juró que el ajuste lo pagaba la casta. Los jubilados no son las víctimas exclusivas de esta “maravilla económica” promocionada por Milei. Algo parecido puede decirse de enfermeros, médicos residentes, maestros, profesores, investigadores científicos. Con suerte y viento a favor, y sorprendiendo al gobierno en un inesperado brote de sensibilidad, se puede alentar la esperanza de la limosna de un bono que a los tres meses se ha devaluado. En su defensa el gobierno dice que este sacrificio es inevitable para salir de la catástrofe que nos dejó el peronismo, pero, agrega, a no desesperar porque en pocos meses nos lloverán los beneficios, es decir, llegarán inversores, crearán fuentes de trabajo, se multiplicarán los obreros con salarios altos y Argentina se convertirá en Argentilandia. Ojalá, pero con todo respeto observo que esa letanía de sacrificarse hoy para ser feliz mañana la vengo escuchando desde los lejanos tiempos, desde los tiempos cuando Alvaro Alsogaray era ministro de Economía -1959- y nos convocaba a pasar el invierno medido con informes meteorológicos de la Antártida, es decir, invierno con temperatura de bajo cero y noches eternas.

Publicado en El Litoral el 6 de junio de 2025.

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