El domingo 13 de abril se realizaron dos procesos electorales simultáneos en la provincia de Santa Fe. Se eligieron convencionales constituyentes y candidatos a concejales, miembros comunales y 10 intendentes que competirán en las elecciones locales del 29 de junio. En ambos se utilizó la boleta única santafesina para cada categoría en disputa lo que implicó la existencia de varias urnas distinguidas por el color de cada boleta.
La elección para la lista de convencionales fue cómodamente ganada por “UNIDOS para cambiar Santa Fe”. coalición que se presenta como continuidad del Frente Progresista que gobernó la provincia durante las gestiones encabezadas por el socialismo pero, con el agregado principal de Propuesta Republicana (PRO) entre otros partidos de menor caudal electoral.
El gobernador radical, que encabezaba la lista de convencionales de UNIDOS, se impuso en toda la provincia ratificando su liderazgo. En segundo lugar, y a gran distancia del primero, se ubicó una de las tres boletas con orientación justicialista. Es de destacar que la lista de la fracción triunfante fue encabezada por el líder de Ciudad Futura (partido municipal que participa de una coalición con el justicialismo en el ámbito del Concejo Deliberante rosarino).
El partido del Presidente quedo tercero en la provincia pero obtuvo un llamativo triunfo en la elección uninominal para convencional del Departamento Rosario. El mismo candidato también logro el segundo puesto en la elección primaria de concejales de Rosario donde se impuso la coalición del justicialismo quedando UNIDOS en el tercer lugar de las preferencias ciudadanas.
Se considera provisoriamente que concurrieron a votar un 55,6% de santafesinos a las elecciones de convencionales provinciales. Este dato ha conmovido a muchos periodistas que lo destacan como algo reciente. Sin embargo, conforme muestran los datos relevados por la Universidad Nacional de Rosario no estamos frente a una circunstancia novedosa. [1]
La participación electoral viene declinando en forma sostenida desde hace varias décadas. En 1983 la participación en las elecciones provinciales generales fue de 88,3%, en el 2003 fue del 75% y en el 2023 del 68,3%.
En las elecciones primarias de 1997 la participación fue del 77% en las generales y 73,9% en las primarias. En 2023 se amplió la diferencia entre las generales (68,3%) y las primarias (62,8%).
La apatía electoral es una cuestión de análisis complejo y debe analizarse en el tiempo. A las razones específicamente electorales hay que agregarles las características de los procesos políticos en que las elecciones se inscriben. En esta elección en particular la magnitud de los votos en blanco y anulados fue bastante menor que en ocasiones similares, rasgo particular que también debe señalarse.
La sociedad santafesina sufre también la erosión democrática siendo la abstención electoral un claro indicador de la “democracia defectuosa[2]” que Argentina integra en el lote de 10 países sudamericanos. Los partidos políticos han disminuido esa capacidad de canalización de las preferencias ciudadanas de la que gozaban al inicio de la democracia.
Las coaliciones políticas han sido una respuesta al debilitamiento de los partidos políticos, pero la ventaja competitiva tiene el costo de la dilución identitaria que afecta a la relación dé cada organización con la ciudadanía.
Existen también razones propias del sistema electoral santafesino que podrían coadyuvar a la retracción ciudadana al favorecer tanto a la fragmentación entre partidos políticos y coaliciones como también a la personalización de la política.
Las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias santafesinas son una derivación del sistema electoral de lemas impuesto en los años noventa. Una de sus herencias es promover la fragmentación de partidos y coaliciones políticas hasta que se logran consolidar las listas definitivas. Sirva como ejemplo de fragmentación las 42 listas que agruparon a los 882 candidatos de los 13 frentes electorales que compitieron en la ciudad de Rosario por 13 bancas en el consejo municipal.
Por otro lado, los nombres de fantasía de las listas alejan toda posibilidad de identificación simbólica. En clara estrategia UNIDOS buscó unificar su propuesta provincial ubicando al gobernador Pullaro a la cabeza de la lista y también lo hizo La Libertad Avanza con su candidato al concejo municipal rosarino que también compitió para convencional ganando el primer lugar en ambos casos.
La boleta única sólo presenta la imagen de quien encabeza la lista. Si bien la legislación electoral exige que las listas deben ser mostradas a la ciudadanía en lugares públicos durante la campaña electoral la regla es de casi nulo cumplimiento por lo cual los estrategas electorales deben buscar personas conocidas para convocar al electorado.
Últimamente los agentes electorales han recurrido a presentadores de programas de televisión, periodistas de diferente especialización, cantantes y deportistas a fin de resolver la exigencia de conocimiento que implican, además, las campañas electorales cortas. (Para las elecciones provinciales de diputados se ha venido sorteando el problema al llevar como candidatos a gobernadores salientes).
Fragmentación, personalización y exigencia de conocimiento parecen unirse para favorecer la despolitización de las elecciones con sus consecuentes efectos sobre la participación electoral ciudadanía.
La elección de constituyentes no resultó un atractivo suficiente para convocar a muchos santafesinos. Podría pensarse que la superposición de las redes sociales, el voto emotivo y la crisis de la representación han estado en la raíz del modesto caudal de participación.
Se suma a eso que la ciudadanía no está bien informada sobre la constitución provincial y no siente, por lo tanto, el conjunto de reformas que los convencionales recién electos tendrán la responsabilidad de actualizar después de más de sesenta años de vigencia.
[1] https://lookerstudio.google.com/u/0/reporting/336897d7-ab7c-4697-b1d0-790c48527044/page/p_dtkjrfy4ed
[2] Índice de Democracia Global, The Economist.2024