sábado 19 de abril de 2025
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Trump, en la “niebla de la guerra”

El gran pensador de la guerra, Von Clausewitz, cuando se refirió a la “niebla de la guerra” aludió a la incertidumbre que dificulta el cálculo de la guerra, porque ella impide evaluar la capacidad propia y la del adversario.

Cuando Trump en el “día de la liberación” inició un viaje al siglo XIX, quedó librado a sus instintos y dependiente de los consejos de su asesor P. Navarro, un hombre que lo acompañó en su primer gobierno y que luego fue encarcelado por negarse a testificar ante la Comisión que investigaba el asalto al Capitolio en enero del 2021.En esas circunstancias comenzó a operar la “niebla de la guerra” en el corazón de la Casa Blanca.

En pocas horas el gobierno mostró una fractura: Musk enfrentado con Navarro y Trump. El millonario de Tesla, y los representantes del capitalismo tecnológico, advirtieron lo que iba a suceder al declarar una guerra a 185 países. Inflación, despidos, menor actividad económica y aislamiento internacional, no conjugaban con los objetivos de Trump: bajar el déficit comercial, crecimiento de la industria y aumentos de ingresos arancelarios.

Todos ellos al vivir en el espacio global conocen los costos de la desconexión y probablemente están al tanto de los resultados del “método Trump” cuando encaró otros proyectos de alto impacto diplomático, por ejemplo el caso Corea del Norte y Ucrania.

Prometió llegar a un acuerdo con Kim Jong para terminar con sus amenazas nucleares, hubo tres encuentros, Trump buscó el impacto, caminó por la zona de demarcación entre las dos Corea en junio del 2019 y finalmente no pasó nada.

En Ucrania aseguró que en días terminaba con la guerra, ello no ocurrió, humilló al presidente ucraniano y le cortó la ayuda beneficiando a Rusia a quien no incluyó en la lista de sanciones comerciales . Otros grandes anuncios también se diluyeron, Groenlandia sigue perteneciendo al Reino de Dinamarca y Canadá no forma parte del Estado de la Unión. Esta diplomacia de anuncios no superó el nivel de la amenaza pero contribuye a consolidar la “niebla de la guerra”

Los daños están a la vista. Los aliados de los Estados Unidos han tomado nota de estos gestos, particularmente Europa. Para Trump ella no es aliada, es un obstáculo para su proyecto global porque muchos coinciden con S. Mattarela, el presidente de Italia que se manifiesta contra “la vasallización feliz”. Decididamente el divorcio atlántico está consumado.

Otros aliados también se sienten desilucionados, es el caso del Australia el mas fiel aliado americano en el Pacífico: el Australian Polling Council homologa que un 48% no confía en los EE.UU y considera que Trump constituye la amenaza mayor para la paz, superando a Putin y al presidente Xi.

El show destructor del trumpismo constituye el discurso obituario del sistema de comercio internacional basado, desde la creación del GATT, en el principio de la no-discriminación: todas las tarifas deben ser iguales, salvo la existencia de un Acuerdo Comercial. Trump se remite a su presidente favorito, William Mckinley, un proteccionista del siglo XIX que ocupó Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que propició tarifas comerciales, que soñaba con incorporar a Canadá y que en sus últimos días, antes de ser asesinado, reconocía como ilusoria la idea de vender mucho y comprar poco.

En este contexto una explicación del “botón de pausa” que acaba de presionar Trump, retrocediendo en casi todos los órdenes, es el distanciamiento que adoptaron importantes senadores republicanos; los medios de comunicación y algunos respetados centros académicos, v.g Instituto Peterson.

Pero más allá de estas críticas, en los albores de la Inteligencia Artificial existe un consenso que frasea Thomas Friedman: no se puede acceder a la prosperidad con las ideas del Presidente. También se suma una realidad: los mega millonarios han sufrido una notable caída de sus fortunas personales. Musk (Tesla); Bezos (Amazon) y Zuckerberg (Meta) son algunas de las víctimas de las medidas de la Casa Blanca.

En marco de la política internacional no sólo el Trump deterioró a la economía americana, sino que también incomprensiblemente aísla a los EE.UU del mundo porque los países en desarrollo han sido incluidos en el mismo nivel que las economías desarrolladas. La castigada Birmania ahora enfrenta un arancel del 45%; otros países que no pueden pagar su deuda también han sido gravados y algunos que tienen acuerdos comerciales firmados por Bill Clinton también acaban de ser castigados.

La primera está asociada a los apoyos y a las alianzas. Los EE.UU con Trump reniegan del “soft power”, el poder blando que no somete sino que empatiza. Estas medidas profundizan la brecha entre los EE.UU y el mundo en desarrollo, tema no menor porque en ese espacio China avanza apelando también a su “hard power”.

China no cederá. El presidente Xi no puede ceder. En la guerra de Corea, Mao hizo una declaración que inspira al presente: “la declaración de esta guerra no corresponde a nosotros, pero no nos rendiremos”.

Publicado en Clarín el 14 de abril de 2025.

Link https://www.clarin.com/opinion/trump-niebla-guerra_0_71qrh8zktq.html

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