sábado 19 de abril de 2025
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El asesinato de Urquiza

El lunes de Semana Santa de 1870, más exactamente el 11 de abril, más o menos a las 19, una partida de aproximadamente cincuenta hombres penetró a los gritos en el Palacio San José, a treinta kilómetros de Concepción del Uruguay.

Era la residencia oficial de don Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, y domicilio particular del general y su familia.

Dominaron a la guardia, entraron al galope por el patio de atrás, a los gritos de “¡Muera el traidor, vendido a los porteños!”.

Comandaba el grupo el cordobés Simón Luengo; lo formaban correntinos, exiliados orientales, algún porteño.

En general, gente de avería y malos antecedentes, como el correntino Robustiano Vera y el cuchillero oriental Nicomedes Coronel.

Un solo entrerriano: José María Mosqueira.

Sorprendido, don Justo atinó a tomar un arma que le alcanzó su esposa: “¡No se mata así a un hombre frente a su familia, canallas!”, alcanzó a gritarles.

Un balazo le alcanzó de lleno en la cara, se desplomó inerme, sus hijas lo arrastraron al interior de uno de los dormitorios, donde lo alcanzó el feroz “Nico” Coronel, y, a través de los brazos de una de las desesperadas muchachas, le asestó cinco puñaladas mortales.

Simultáneamente, en Concordia, otro grupo de correntinos y orientales, que dirigían los hermanos Mariano y Carlos Querencio, asesinaban alevosamente a Justo Carmelo y Waldino de Urquiza, hijos del general, jefes político y militar respectivamente del Departamento.

Todo respondía a un movimiento subversivo encabezado por un antiguo protegido de Urquiza, uno de sus hombres de mayor confianza, don Ricardo López Jordán.

Se dice que intentaron matar también a Teófilo de Urquiza, jefe político de Concepción del Uruguay y a Benjamín Victorica, yerno de don Justo, pero el plan falló en este punto.

Conocida la muerte trágica del Gobernador legal, López Jordán entró con su tropa en C. del Uruguay, hizo reunir parte de los diputados y, violando la Constitución, los forzó a que lo eligieran gobernador

Realizado esto, exigió el reconocimiento del gobierno nacional.

Como el entonces presidente Domingo F. Sarmiento no aceptó reconocerlo, y declaró intervenida la Provincia, López Jordán le declaró la guerra.

Se desató un enfrentamiento, donde, en combate desigual, las fuerzas nacionales derrotaron sucesivamente al contingente provincial reunido, a través de leva forzosa por el jefe rebelde.

Derrotado, López Jordán se fue al exilio, pero volvió a levantarse en armas en 1873 y 1876.

Esa larga lucha provocó miles de muertos y heridos, la ruina de la economía y que Entre Ríos dejase de ser, definitivamente la segunda provincia del país.

El objetivo rebelde

¿Cuáles fueron las banderas levantadas por el movimiento subversivo que pudieran de alguna manera justificar el asesinato, cobarde y premeditado, del gobernador y jefe de la Provincia y de dos de sus hijos?

Se adujo como el principal, la defensa del “federalismo”, supuestamente traicionado por Urquiza después de la batalla de Pavón y su acuerdo con Bartolomé Mitre.

Pero la consecuencia de este arreglo fue la incorporación definitiva de la Provincia de Buenos Aires, la aceptación por Mitre de la Constitución Federal y la definitiva unificación del territorio argentino.

El protectorado

La rebelión de López Jordán, y sus seguidores tenía como objetivo formar un nuevo estado, separado del resto, con las Provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, más las Misiones.

Con capital en Rosario y bajo la protección del Imperio del Brasil.

Así surge del “Memorando” que redactó uno de los colaboradores de López Jordán, don José Hernández, el autor del “Martín Fierro” y que entregó al Barón de Río Branco, en la Corte de Río de Janeiro, don Ramón Puig, comerciante paranaense y suegro de Ricardo López.

Decía entre otras cosas:

-“La Capital de la Confederación debería ser Rosario, donde tendría su asiento la autoridad principal que es estableciese, constituyendo, desde el primer día un gobierno sólido y duradero”.

“…el Gobierno de Brasil procedería hábil, política y lógicamente, franqueando al gobernador de Entre Ríos general don Ricardo López Jordán, cuantos elementos y recursos pudiera necesitar para emprender la cruzada que diera por resultado la realización del plan que acabamos de bosquejar rapidamente, pero con líneas y perfiles suficientemente acentuados”.

La revuelta jordanista fue apoyada, con armas y dinero, por el Imperio de Brasil, que así buscaba dividir a la Nación Argentina, su eterno rival histórico.

Por suerte, la rápida intervención del Presidente Sarmiento que mandó tropas nacionales a Entre Ríos, evitó la posible segregación definitiva de estas Provincias.

Publicado en El Entre Ríos el 11 de abril de 2025.

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