En una entrevista con Vanity Fair, el ex presidente de España y uno de los históricos referentes del Partido Socialista Obrero Español (PASOE), Felipe González, reivindicó la llamada ‘Transición’ en razón de que “fue el primer ensayo desde el siglo XIX y XX de pacto de reconciliación entre las dos Españas” y al mismo tiempo “un pacto de convivencia en libertad y democracia excepcional” en la historia de su país, al tiempo que opinó que el principal aporte de ‘Sumar’, ‘Podemos’, Bildu y Vox a la política española sido “acabar con la Transición”, tras lo cual juzgó que probablemente sea un “problema generacional” que desde un gobierno socialista se haya convocado a centenares de actos en conmemoración de la muerte del dictador, Francisco Franco; consideró “inconstitucional” la ley de amnistía que alcanza a políticos y ciudadanos implicados en el proceso independentista catalán y dijo que actualmente en España no hay un proyecto de país y si bien se abstuvo de hacer una valoración personal consideró inexplicable la medicación en Venezuela emprendida por José Luis Rodríguez Zapatero para buscar una salida política a la crisis en esa nación pero, además, dijo que “la democracia está en un gravísimo peligro con el crecimiento de posiciones autocráticas como la dictadura tiránica de Venezuela.
En una extensa entrevista con la periodista, Marta Suárez, el otrora líder del PSOE, reflexionó que aun no se le ha transmitido a los jóvenes españoles la significación del período histórico que vivió España, que medio entre el final de la dictadura de Francisco Franco y la democracia. Dijo que se trató del “primer ensayo desde el siglo XIX y XX de pacto de reconciliación entre las dos Españas, un pacto de convivencia en libertad y democracia excepcional en nuestra historia. Contra ese acuerdo se están levantando voces de los que preferirían ser nietos de la Guerra Civil que hijos de la democracia. Se trata de liquidar la Transición, que es el pacto que ha permitido más avances en la historia moderna de España”, remarcó.
Al preguntársele como veía que un gobierno socialista haya convocado a 100 actos a lo largo de este año en conmemoración de la muerte de Franco, respondió: Probablemente sea un problema generacional. Pienso como la viñeta de Peridis -dibujante y humorista de El País- que anunciaba: ‘Españoles, Franco ha vuelto’. Ese empeño en que vuelva contradice los esfuerzos que hicimos quienes estuvimos contra el franquismo de verdad”. En ese sentido se preguntó “¿La muerte de Franco fue el comienzo de algo?” y entonces puntualizó: “No, fue el final de un dictador que murió en la cama; no logramos bajarlo del caballo mientras vivía. Después sí era más fácil tirarlo del caballo, aunque fuera con nocturnidad. Si algo es un comienzo, ese es el pacto de reconciliación, que tiene varias etapas” como “los pactos de la Moncloa en medio de una crisis muy grave, con el Gobierno de Adolfo Suárez en minoría, el pacto constitucional”. Y completó: “Aquello supuso un cambio copernicano que nadie esperaba para definir el futuro”, tras lo cual sostuvo que “España tiene tendencia a autoliquidarse a sí misma cada 40 años y tendría más sentido reformar el pacto democrático del 78 que cargárselo todo”.
Ante el planteo de que en España en gobierno de coalición del PSOE y ‘Sumar’ no ha logrado presentar unos nuevos presupuestos y ha sido derrotado en el Parlamento, evidenciando su situación de minoría, González refirió: “Yo goberné hace unos pocos años con mayorías absolutas, convoqué elecciones cuando no pude presentar presupuestos. Digo presentar, mientras que ahora discuten si van a negociar un presupuesto. Y yo me pregunto, pero ¿qué presupuesto? Si no hay ninguno. ¿Por qué se miente tanto y por qué todos mienten?”, inquirió el ex presidente español.
En el curso de la entrevista y consultado acerca de qué significaba para él ser de izquierda cuando ciertos dirigentes del PSOE y parte de la izquierda mediática le enrostran estar cada vez más cerca de la derecha, González dijo: “Lo que no es ser de izquierda es ser funcional para que gane la derecha, eso yo no lo he hecho nunca. Ahora, que quieran que yo pintarrajee la pared calificando a dictadores como de izquierdas o de derechas, no estoy dispuesto a hacerlo, yo soy un demócrata. El socialismo es libertad, y traicionar eso, que ha sido nuestro gran lema de reconstrucción del proyecto de partido, es abandonar la izquierda y quedar en manos de la nada”, subrayó.
Al preguntársele si la amnistía dictada en su país y que alcanza a políticos y ciudadanos implicados en el proceso independentista catalán significaba un punto de ruptura en su pertenencia al PSOE y si había pensando en no votar o dejar de militar en su partido, González contestó: Pensar, piensa uno de todo. Lo que digo es que no me representan, eso es seguro. Yo tengo todavía la teoría de ayer del Gobierno sobre la diferencia entre indultar y amnistiar. Estuve a favor de los indultos, pero ahora dicen ‘no solo lo indulto, sino que además hago desaparecer el delito de sedición”, tras lo cual expresó que la Constitución española es una Carta Magna “no militante” y que “en ella cabe pensar como se quiera con libertad (y no digo que a veces no lo eche de menos, hay constituciones militantes como la alemana que excluye a nazis y comunistas), pero no se puede transgredir sin pagar el precio”, apuntó.
“La amnistía era contradictoria con la política del Gobierno tal y como lo expresó, entre otros, el ministro de Justicia. Además, creo que es inconstitucional porque yo viví cómo en la Comisión Constitucional de 1978 se planteó y se rechazaron la amnistía y también los indultos generales. Por tanto, a mi modo de ver es inconstitucional y solo es una cesión que opera cuando se hace de la necesidad virtud”, consideró González.
Cuando se lo consultó acerca de si su distanciamiento con el presidente español, Pedro Sánchez, se traslada a la militancia y a los votantes socialistas, el histórico referente del PSOE, respondió: “No quiero entrar en ese debate. Y no quiero voluntariamente. Las cosas volverán a ser como debieron ser sin cambiar” y añadió que “la condición humana sobrevivirá a la mentira permanente. Usted puede cambiar de posición, pero imagínese que los que rectificaron hubieran dicho ‘¿Y además voy a consultar con los españoles si están de acuerdo con la amnistía? A lo mejor la rectificación hubiera tenido un aval. ¿Se hubieran atrevido a preguntar a los españoles si había que amnistiar a los que pusieron patas arriba el Estado de derecho, la unidad del país, un proyecto para todos?”, planteó González, quien como respuesta a ese interrogante subrayó: “No se hubieran atrevido”.
En otro pasaje de la entrevista, se le mencionó su habitual afirmación respecto a que los políticos deben hacerse cargo del estado de ánimo de la gente y, en ese marco, se lo consultó a González acerca de cómo interpreta el del PSOE. “En este momento no es positivo, el PSOE tiene que pensar qué debería hacer para sobrevivir en este escenario de alianzas con Juntos. Porque es verdad que Cataluña está mejor con Illa que sin él, pero la presidencia de (Salvador) Illa no va a resolver el conflicto catalán porque ya sabemos que la normalización de Cataluña sería la muerte política de Puigdemont, y eso es algo que él no va a consentir”, respondió el ex presidente español.
Cuando se lo consultó sobre cómo observaba el liderazgo de Alberto Nuñez Feijóo en el Partido Popular, González reflexionó: “Hay algunos fallos y se lo he dicho a él. Tener un proyecto de España no es lo mismo que reconstruir la Confederación Española de Derechas Autónomas. Esto no lo tienen resuelto. No lo critico duramente porque por lo menos tienen una confederación autónoma de derechas españolas, pero no hay proyecto de país. Por la otra parte tampoco hay un proyecto de país, porque para saber qué va a ser del Gobierno hay que consultar primero a (Carles) Puigdemont, y esto lo digo en serio y con dolor”, refirió.
“¿Se va a conformar con que le arreglen su problema personal?”, planteó González, quien al ofrecer una respuesta a su propio interrogante, dijo: “No ¿Cataluña se ha normalizado? Sí, el procesismo ha pasado de Cataluña a España. Pero el origen sigue siendo lo que pasa en Cataluña. Lo que no aceptan Puigdemont ni (Oriol) Junqueras es que se diga que el problema se ha resuelto. ¿Cómo no se dan cuenta de algo tan elemental? Ninguno de los dos lo acepta, sobre todo Puigdemont. Si se resuelve el tema catalán, ¿qué va a hacer Puigdemont? ¿Y eso qué consecuencias tendrá para el Gobierno de España?”, inquirió González.
Al requerírsele una valoración de los resultados de la mediación que defiende estar llevando a cabo en Venezuela el ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, González expresó: “No me toca a mí valorarla, de verdad. ¿Me parece inexplicable? Sí. Y me temo que dentro de 30 años todavía seguirán mediando con esa dictadura”, tras lo cual se le planteó que a finales de los años ’90 se pensaba que el mundo se alejaba de las guerras y que caían los muros más altos pero, sin embargo, liderazgo como el de Vladimir Putín, Donald Trump o la influencia de Elon Musk parecen llevar a una distopía por lo que se le preguntó a González si era optimista. Ante ello respondió: “No, pero tampoco puedo caer en depresión. El ser humano que habita este planeta no está peor que hace 80 años. Hay hambre, pero menos; hay desigualdad, pero no más; hay accesibilidad a un montón de servicios que antes no había. O sea, hay avances”.
La respuesta de González disparó entonces una consulta sobre la democracia y ante ello, expresó: “La democracia está en un gravísimo peligro con el crecimiento de posiciones autocráticas como la dictadura tiránica de Venezuela. La diferencia entre una dictadura y una tiranía es que cuando cruzaba la frontera con Francia en tiempos de Franco sabía por qué delitos iba a pagar si me detenían, eran las reglas del horror. En cambio, los tiranos como Maduro ni eso, porque no cumplen reglas ni tienen color, son pura arbitrariedad. Yo sabía que por ser miembro de una organización ilegal (el PSOE) eran cuatro años, por estar pasando papeles y propaganda otros cuatro y si descubrían que era dirigente pasaba a 20 años, pero había unas reglas. Los tiranos necesitan cómplices y es curioso porque, aunque la democracia esté en retroceso, nadie quiere aceptar que en su país no se vote, que no es demócrata. A mí me dicen ‘Es que el apoyo a Putin en Rusia es enorme’, pero, realmente, ¿han preguntado a los rusos libres si están de acuerdo con Putin? ¿O tenemos que tragarnos una pantomima? Vivimos en un mundo en el que la única verdad es la mentira”.