Un día como hoy, en 1985, se leyeron las sentencias en el juicio a los excomandantes de la dictadura Un hecho histórico, a nivel global, resuelto por la justicia tras una inquebrantable decisión de Raúl Alfonsín.
Un mes antes, la UCR había ganado en 19 distritos y con el 43 por ciento triunfó en las primeras parlamentarias de la democracia recuperada.
Ese mismo año, Brasil y Uruguay volvieron a la democracia, la región emulaba el proceso político que inició Alfonsín. Mientras, el aprismo llegaba al poder en Perú con Alan García, por vez primera.
El juicio había sido ordenado por Alfonsín, el 15 de diciembre de 1983, cuando derogó la autoamnistía que había firmado Bignone. Ese mismo día, creó la CONADEP, a pesar de la oposición del peronismo y los organismos de derechos humanos. En paralelo, ordenó juzgar a las cúpulas guerrilleras.
Se enjuiciaron violaciones a los derechos humanos entre 1976 y 1982. No se juzgó Malvinas. Jamás se había enjuiciado a tres expresidentes de facto y sus cúpulas. El delito de desaparición de persona no se juzgó porque no existía en la legislación vigente Declararon 833 personas, de ellas, 287 mujeres. Testimoniaron 64 militares, 15 periodistas, 14 sacerdotes y 13 personas extranjeras. Se acreditaron 672 periodistas para cubrirlo.
La sentencia contestó alrededor de 22 mil preguntas. La causa pesó tres toneladas y las audiencias duraron 900 horas. Se grabaron 147 casetes, que tras las primeras rebeliones carapintadas se trasladaron a Oslo, Noruega, por decisión de los propios camaristas. Allí están en una sala blindada.
Las denuncias internacionales pesaron 700 kilos La fiscalía presentó 670 casos para fundamentar la acusación. Al inicio del juicio había 1086 causas iniciadas. A ellas deben sumarse los casi 9 mil casos denunciados de desapariciones forzadas documentadas en la CONADEP.
Por orden de los camaristas, solo se emitieron imágenes sin sonido durante el desarrollo del juicio ATC grabó todas las jornadas, solo el 9 de diciembre de 1985 se vio y escuchó en vivo y en directo.
De los camaristas, Ricardo Gil Lavedra fue el más joven, con 36 años; y Jorge Edwin Torlasco, el mayor, con 50 Julio Strassera ya tenía 52, y su adjunto, Luis Moreno Ocampo, solo 33.
Jorge R. Videla y Emilio Massera fueron condenados a perpetua; Roberto Viola, 17 años; Armando Lambruschini, 8 años; y Orlando Agosti, 4 años y 6 meses de prisión.
Entre 1989 y 1990, todos fueron liberados gracias a los indultos que otorgó el peronismo con la firma de Carlos Menem.