sábado 20 de abril de 2024
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Tucumán vs California: la batalla del limón

En el año 2000, la Argentina había logrado comenzar a exportar limones a los EE.UU. Sin embargo, en julio de 2001 la Corte de California falló a favor de los productores estadounidenses y prohibió la importación de cítricos argentinos, causando un perjuicio de 100 millones dólares a la golpeada economía argentina.

Tucumán es uno de los principales competidores del Estado de California en cuanto a la producción de cítricos, por lo cual los productores de este distrito norteamericano apelaron judicialmente el permiso otorgado a sus pares argentinos por parte del Departamento de Agricultura (USDA). Luego de dos fallos adversos, la Corte finalmente se volcó en favor de los productores locales, con lo cual dos buques argentinos cargados con limones que estaban en viaje hacia Estados Unidos no pudieron descargar.

Dieciséis años después, la administración de Donald Trump ha levantado la restricción, que en forma de barrera para arancelaria, se sostenía bajo la acusación de que los limones tucumanos eran portadores de “cancrosis”, una enfermedad que causa manchas en la cáscara de la fruta, pero que ataca a toda la planta.

“Estamos completamente aturdidos”, dijo Joel Nelsen, presidente de la Citrus Mutual de California, un grupo de defensa –lobby– de la industria. “Simplemente nos ignoraron, y eso es completamente inaceptable”.

En diciembre de 2016, la administración del presidente Barak Obama ya había propuesto levantar la prohibición. Cuando asumió Trump suspendió por 60 días esa decisión. “Estábamos en desacuerdo con el gobierno de Obama, pero esta regla ahora pertenece al gobierno de Trump y está en contra de las prioridades de la administración, que son proteger la agricultura doméstica, los negocios de Estados Unidos y los empleos de Estados Unidos”, bramó Nelsen, cuya institución duplicó su inversión en lobby en 2016, según www.opensecrets.org, obteniendo poco a cambio.

También volvió a argumento del peligro que representan las plagas que podrían dar un paseo en las frutas argentinas y “dañar los bosques de los Estados Unidos.”

La representante republicana –seguramente alcanzada por el lobby cítrico–, Julia Brownley (Westlake Village) criticó la medida y dijo: “Está claro que Argentina no tiene un régimen de inspección para prevenir la propagación de plagas y enfermedades devastadoras e invasoras”.

Y agregó, en tono apocalíptico, que las importaciones “causarán estragos en los productores estadounidenses, y si las plagas y las enfermedades se propagan, podría resultar en la destrucción de nuestros cultivos domésticos.”

California produce más del 90 por ciento de los limones cultivados en Estados Unidos –unos 2000 millones de dólares el año pasado– y compite con las importaciones de Chile y México, según el USDA. A su vez, esos países representan alrededor del 94 por ciento de las importaciones de limón a los Estados Unidos, que más que se duplicaron en valor en dólares en los últimos cinco años.

La USDA ha pronosticado que Argentina probablemente desplace a Chile en la competencia por la cuota de mercado en los EE.UU., pero Nelsen predijo una larga guerra de precios que costaría a los productores de California cientos de millones de dólares. En última instancia, los californianos ven que a mayor oferta, menor precio para sus productos, más allá de que estén en condiciones, o no, de abastecer al mercado interno. Pelean por su rentabilidad.

Por su parte, los agricultores argentinos dicen que han cumplido con todas las regulaciones estadounidenses y niegan que haya problemas sanitarios con sus frutas. “Vemos esto como un logro de más de 15 años para probar las condiciones fitosanitarias”, declaró José Carbonell, presidente de la Federación Argentina de Cítricos.

Argentina es el noveno productor mundial de limones, con cerca de 1,5 millones de toneladas  al año, de los cuales el 95 por ciento se exporta, principalmente a la Unión Europea.

Tucumán aporta el 84 por ciento de los limones del país, cultivados en una superficie de 34.000 hectáreas y con 50.000 puestos de trabajo y representa el 50 por ciento de las exportaciones de la provincia, por lo que ubica a la citricultura como el segundo rubro económico local, que desde 1970 exporta fruta fresca, jugo y aceites esenciales.

Podríamos sospechar que Trump favorece a los Estados en dónde sus votos son importantes (Iowa y sus cerdos) y suelta la mano de Estados rebeldes como California que ha desafiado sus políticas (inmigración, legalización de la marihuana, acuerdos climáticos con China, etcétera).

Por su parte, el presidente Mauricio Macri tiene en su promesa electoral un claro compromiso con el NOA. Aunque para permitir el ingreso de carne de cerdo norteamericana no ha tenido que ir en contra de su coherencia ideológica.

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