viernes 29 de marzo de 2024
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Un proyecto de ley con varios filos

La Cámara de Representantes de EE.UU., aprobó hoy de manera abrumadora un proyecto de ley para limitar la capacidad del presidente Donald Trump de levantar las sanciones contra Rusia, aumentar las existentes contra ese país y hacer lo propio con Irán y Corea del Norte.

Con 419 votos a favor y solo 3 en contra, los propios republicanos – que son mayoría en la Cámara – le hicieron un “corralito” a su líder, quien evaluaba la posibilidad de diluir las sanciones contra el Kremlin.

La ley que será puesta a votación en los próximos días en el Senado, impondría sanciones a Rusia, tanto por la supuesta interferencia en las elecciones presidenciales de 2016, como por su actividad militar en el este de Ucrania y su anexión de la península ucraniana de Crimea, ocurrida en 2014 y los responsables de ciberataques e individuos que hayan suministrado armas al régimen sirio de Al Asad.

Tras su aprobación por casi unanimidad en la Cámara de Representantes, el proyecto deberá pasar por el Senado. Su texto otorga al presidente Trump el poder de sancionar a las empresas que trabajan en los oleoductos procedentes de Rusia, un asunto que enciende las alarmas en Europa.

La UE teme que esas sanciones a empresas, entre ellas limitar su acceso a bancos estadounidenses o su exclusión de los mercados públicos de la primera economía mundial, pueda afectar a las compañías europeas.

El portavoz de la cancillería alemana, Martin Schäfer, destacó que varios puntos del documento señalan que Trump debe consultar con sus socios europeos, especialmente sobre la cuestión del abastecimiento energético ruso a Europa.

Washington y Bruselas contaban en el pasado con una línea roja, subrayando que ninguna sanción afectaría el aprovisionamiento energético de Europa y, en una aparente concesión, en vistas de lo cual la cámara baja modificó un artículo para circunscribir el ámbito de las sanciones a los oleoductos con origen en Rusia.

Esto dejaría fuera de las sanciones al oleoducto que une Kazakstán con Europa, a través de territorio ruso, pero podría afectar al proyecto de gasoducto Nord Stream 2, entre Rusia y Alemania a través del mar Báltico. De este modo sutil, las sanciones obrarían como un elemento para promover los intereses norteamericanos que proveen gas licuado a la región.

La ley pondría freno al deseo de Trump de mejorar las relaciones con Rusia, plasmado en considerar la posibilidad de devolver el acceso a dos instalaciones diplomáticas rusas en  Nueva York y Maryland que el gobierno del presidente Barack Obama clausuró el año pasado como castigo por la presunta intromisión electoral.

Con la decisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, se entra en una “nueva etapa de confrontación” entre Washington y Moscú, sostienen los parlamentarios rusos, que han reaccionado a las nuevas sanciones aprobadas contra su país. A la espera de lo que diga el Kremlin, entre senadores y diputados se ha elevado la idea de que hay que dar una respuesta “que haga daño” a Estados Unidos, mientras que el Gobierno ruso ve que se aleja cualquier posibilidad de acercamiento entre los dos países, que había reverdecido con la llegada a la Casa Blanca de Trump.

El destacado senador ruso Alexéi Pushkov, cree que “Trump es rehén del Congreso y de la histeria antirrusa”… “Estamos en una nueva etapa de confrontación”, twitteó.

La medida a tres bandas, limita a Trump, irrita a Putin e inquieta a Europa. Esta última ya advirtió a Washington que no será un actor pasivo. “La Comisión [Europea] concluyó hoy que si nuestras preocupaciones no se tienen suficientemente en cuenta, estamos preparados para actuar de manera adecuada en cuestión de días”, advirtió su presidente Jean-Claude Juncker tras una reunión del ejecutivo comunitario.

La reacción de los europeos, preocupados por el impacto de las sanciones en su suministro energético, contrasta con la respuesta de Moscú, que intentó calmar el juego emplazando a esperar a que este “proyecto” se convierta en ley antes de decidir cualquier respuesta.

La votación de la Cámara de Representantes llega un día después de que Trump, que mantiene sus diferencias con la UE en asuntos como el cambio climático, criticara la “proteccionista” política de Bruselas con Washington, al anunciar que trabajaba en un acuerdo con el Reino Unido, tras el Brexit.

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