martes 19 de marzo de 2024
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Ramón Tamames: “El Capitalismo es un gato de siete vidas”

El economista y político español Ramón Tamames ha sido diputado por el Partido Comunista, espacio que abandonó en 1981, y fue uno de los arquitectos de los acuerdos económicos del Pacto de la Moncloa. Entre incontables títulos y reconocimientos académicos a lo largo de su vida es Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires. En estos días está de visita en Buenos Aires para dar conferencias sobre los Pactos de la Moncloa y el momento actual que está viviendo la economía internacional. Tamames despliega generosamente su sabiduría, cultura y experiencia, mientras hace gala de un envidiable sentido del humor.

 

¿Es el Capitalismo un gato de siete vidas?

Bueno, veamos, en 1848 se produce la primera revolución social que se inició en Francia y se expandió por toda Europa central, es el primer momento crítico del Capitalismo, en la que tú te acuerdas que participó Wagner y surgió la bandera alemana actual y que coincide, además, con la publicación del Manifiesto Comunista, que es la pieza propagandística mejor construida de toda la historia, un pequeño pero impresionante libro. Luego en 1871 hay una nueva crisis, la revolución de los comuneros de París que es un primer ensayo de cambio  socialista aunque sea efímero, enfrentando las bayonetas de la propia República Francesa luego de la caída del Imperio de Napoleón III, que es la segunda gran crisis; la tercera es la revolución bolchevique en 1917; la cuarta es la Gran Depresión de 1930; la quinta es el reto soviético de Kruschev y el surgimiento de China; el sexto es el momento de la derrota de los Estados Unidos en Vietnam al tiempo de la Trilateral y de la crisis de la OPEP, y el séptimo momento crucial está por llegar, pero resistirá.

¿La próxima crisis vendrá de la mano de la globalización?

Al contrario, la globalización es la mundialización de los mercados, es la ampliación del Capitalismo, incluso Marx hablaba ya de un mercado mundial y financiero. Hay una carta que Marx le envía al presidente de los socialdemócratas alemanes de la época, Ferdinand Lasalle, en donde le dice que la oposición que tiene la socialdemocracia a la unión aduanera de la Alemania dividida de entonces es absurda, porque las nuevas empresas fabrican en serie cada vez más y necesitan mercados cada vez más grandes, y la unión aduanera de Alemania es indispensable para que este país resurja como una potencia industrial. El propio Marx se daba cuenta de que el futuro eran los grandes Mercados y no mantener los principados y los ducados alemanes. Pensemos que cuando Napoleón entra en Alemania había 450 estados alemanes y al retirarse quedan 45. Cuando finalmente se conformó la unión aduanera, Alemania comenzó a crecer.

No se puede avanzar trabajando menos, hay que trabajar más.

¿Cómo juega China en la economía global?

A mí China me interesa mucho. Recuerdo a un gran argentino, Raúl Prebisch, a quien conocí en 1964 en Ginebra en oportunidad de celebrarse la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), también estaba el Che Guevara presidiendo la delegación de Cuba. Raúl Prebisch, de quien me hice muy amigo, tenía mucha razón. En su conferencia él hablaba de fomentar el comercio sur-sur y de acabar con la idea del centro y la periferia y que tenía que venir la globalización y el comercio multilateral, y al otro día de la ponencia el periódico The Economist editó un número especial cobre la UNCTAD y en la tapa sacaba una foto de Prebisch y un gran título que decía “How much of Prebisch?” (“¿Cuánto vamos a considerar de lo que dice Prebisch?”). Hoy yo diría: “How much of the China?”. ¡Ojo con China! porque China tiene métodos comerciales muy contundentes y hay que tener cuidado. El tema de las dos centrales nucleares que van a hacer los chinos en Argentina que acaba de firmar el Presidente Macri, pues sorprende, maravilla y conquista la imaginación de mucha gente, pero ojo, después de Chernobyl, de Fukushima, después de la oferta hecha por los chinos al gobierno británico de hacer también una central, que primero fue rechazada por Teresa May pero que ahora parece que se va a concretar, y sobre todo el progreso enorme de las fuentes energéticas alternativas, las eólicas y especialmente las solares. Entonces creo que ahora continuar con la energía nuclear, aunque sean nuevas tecnologías: también son nuevas las tecnologías de las centrales atómicas que están construyendo los holandeses en Finlandia y ya llevan quince años y no la terminan, entonces ¿a qué viene ahora meterse con la nuclear que luego no se sabe cuántos años por delante debemos enterrar sus deshechos con lo costoso que es?, y luego vigilarlos por veinte mil años, ¿quién va a estar aquí dentro de veinte mil años? Creo que a ustedes les conviene desarrollar la Arabia Saudita que tienen en la Patagonia en riqueza eólica, ustedes pueden exportar viento eléctrico.

Ahora los convenios de trabajo se negocian por empresa y no por centrales sindicales

España ha realizado una notable reconversión de su economía en los últimos años, sus empresas se han vuelto más competitivas y crecieron mucho las exportaciones, ¿Es un modelo a seguir para la Argentina?

A mi me asombra que un país como la Argentina con una población similar a la de España, con un PBI que es de unos 900 mil millones de dólares, tenga un comercio exterior tan pequeño que no llega a los 100 mil millones, y nosotros en España hemos descubierto que la internacionalización y la apertura de la economía pueden ser motores de desarrollo para un país intermedio, nosotros caímos porque habíamos dedicado los esfuerzos a la construcción de viviendas, en muchos casos especulativa, hemos construido cuatro millones de viviendas en poco más de ocho años, y qué ha pasado, pues de los tres millones de personas que trabajaban en la industria de la construcción, dos millones han ido al paro, cuando me dicen ¿por qué España tiene tanto paro? Pues porque pasamos de construir unas 800 mil viviendas al año a menos de 30 mil. El paro es terrible pero se está reabsorbiendo, pues bien las empresas españolas se han orientado a las exportaciones, pasamos de tener 50 mil empresas exportadoras a 170 mil en pocos años, y estamos también exportando servicios, la empresa constructora de mi amigo Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, construye autopistas y puentes y caminos tanto en Australia como en Canadá, los españoles estamos construyendo refinerías de petróleo en Arabia, o participando del consorcio de las obras de ampliación del Canal de Panamá, el ferrocarril Meca-Medina también es de un consorcio español, ya no dependemos exclusivamente del mercado interior, el 64 por ciento de los negocios del IBEX, que es el mercado bursátil español, son de empresas exportadoras. En fin, la ecuación de competitividad está funcionando, la productividad ha aumentado mucho y la depreciación del euro también ayuda, no es lo mismo exportar con un euro de 155 centavos de dólar que con uno de 109 centavos de dólar, aunque esta ventaja también la han tenido Alemania, Francia e Italia, pero no la han aprovechado tan bien en su recuperación económica. En España ha habido reformas importantes, no tanto como a mí me hubieran gustado, pero la reforma laboral, por ejemplo, ha sido trascendental, ya que le ha permitido a muchas empresas salvarse porque si no desaparecían. Ahora los convenios de trabajo se negocian por empresa y no por centrales sindicales, y además ha habido reducciones de salarios por primera vez acordados en convenios. Todo esto es un modelo exportador que está funcionando muy bien con superávit de la balanza comercial.   

¿Y qué pasa con los partidos políticos españoles, porque el descontento social terminó con el bipartidismo?

Claro porque evidentemente España produce ahora más que en 2007 con dos millones de personas menos y a los que están en el paro no les gusta la política y siguen a aquellos partidos que les proponen soluciones fáciles para problemas complejos, que son los populismos. Ellos dijeron que iba a haber un salario base uniforme para todos trabajase o no trabajase, que iban a salir del euro, que iban a salir de la Unión Europea. ¡Eso no resuelve nada!, al contrario, como decía Ortega ya en los años veinte del siglo pasado: “España es el problema, la solución es Europa” y sigue siendo verdad. Europa nos ha ayudado mucho a la construcción de un nuevo país, para realizar infraestructura que no teníamos, para recuperar el turismo, el año pasado hemos sido el segundo país con más visitantes de la Comunidad con 76,5 millones de turistas que han entrado en el país. Yo hice el cálculo y es como si vivieran tres millones de personas más en España todos los días siendo que cada uno consume una media de mil euros por día. En total la Comunidad Europea ha girado a España aproximadamente 400 mil millones de euros, una cifra descomunal.

¿Por qué desde el Brexit en cada elección europea parece jugarse el destino de la Comunidad?

No se juega nada. El euro va a seguir, ya es una conquista europea. El Banco Central ya no es el de los primeros años que procuraba mantener el valor de dinero a costa de todo, ahora es la Reserva Federal de Europa y también está pensando en el crecimiento. Europa está recuperándose, el crecimiento este año será del 2 por ciento, España estará casi en el 3, la media de crecimiento el año pasado fue de 1,7 y en Estados Unidos fue del 1,6

¿Qué pasa con los nacionalismos en España?

Hay un pesimismo innecesario. El nacionalismo vasco no digo que esté bajo control, pero está encajado, ya no se habla de independentismo. Y Cataluña tiene una especie de fiebre identitaria, una mitología medievalista, y como también decía Ortega, “el problema de Cataluña es insoluble hay que conllevarlo y darnos cuenta de que estará con nosotros permanentemente siempre protestando”. En mi libro ¿Adónde vas Cataluña? registré un diálogo en el cual uno dice “Cataluña no puede ser independiente” y otro responde “y además es imposible”. Es como aquel que dice “las cosas caen por la fuerza de la gravedad” y otro responde “o por su propio peso” (risas).  

El Justicialismo ha tenido una política que podría decirse que es perversa para el crecimiento.

Usted fue uno de los arquitectos de los Pactos de la Moncloa que pusieron a España en el camino del desarrollo y de la recuperación luego de tantos años de franquismo. Para los argentinos que tenemos muy poca inclinación para ponernos de acuerdo o consensuar políticas en el tema que se trate, esos pactos son vistos como una utopía.

Ustedes mismos hablan de siete décadas de decadencia, a principios del Siglo XX Argentina era el cuarto país del mundo en renta per cápita y ya no lo es, este País ha tenido grandes hombres como Roca e Yrigoyen, que marcaron una etapa de crecimiento única y Argentina estaba engarzada en el comercio mundial. Después de la segunda Guerra Mundial creo que el peronismo ha sido una doctrina que ha generado inclusión social en su tiempo pero después no ha habido una evolución positiva de eso. El Justicialismo ha tenido una política que podría decirse que es perversa para el crecimiento. No se puede avanzar trabajando menos, hay que trabajar más. Además este es un año electoral en la Argentina, pues entonces no sé si es el momento para pactos de la magnitud del de la Moncloa, porque hay que tener mucha generosidad política por parte de todas las fuerzas, un espíritu patriótico, participación de todos los sectores  y estas condiciones son muy difíciles de lograr. Habría que preguntarle a Macri si tiene interés en un pacto como el de la Moncloa, yo le voy a escribir una carta.

 

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