jueves 28 de marzo de 2024
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El olvido: la puerta abierta para otros genocidios

En la Argentina, el día 24 de abril ha sido declarado “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos”, tal como lo establece la Ley 26.199, sancionada en 2006, bajo la presidencia de Néstor Kirchner (ver el artículo de Mario Nalpatian en Nuevos Papeles). Se eligió ese día en memoria del primer genocidio del siglo XX perpetrado por los Jóvenes Turcos contra el pueblo armenio. La particularidad de esta masacre de un millón y medio de vidas es que, al contrario del genocidio contra el pueblo judío, gitanos y homosexuales, por el nazismo, todavía carece de amplio reconocimiento y de la fuerte condena sobre sus ejecutores. Paradójicamente, la Shoah tuvo como modelo la “solución final” aplicada por los turcos al pueblo armenio.

En 2015, al cumplirse 100 años del inicio de ese genocidio, el Papa Francisco emitió una declaración ante el mundo y los fieles reunidos en una misa en la basílica de San Pedro, en donde manifestó que “desde el siglo pasado, nuestra familia humana ha padecido tres tragedias masivas. La primera, conocida ampliamente como 'el primer genocidio del siglo XX', golpeó al pueblo armenio”. “Los otros dos fueron perpetrados por el nazismo y el estalinismo. Y más recientemente, hubo otros exterminios masivos, como los de Camboya, Ruanda, Burundi y Bosnia”, precisó el pontífice y agregó: “La ocultación o la negación del mal es parecido a dejar que una herida siga sangrando sin vendarla”.

El olvido, esa puerta abierta a la reincidencia, a la posibilidad de repetir las condiciones que condujeron a los horrores del siglo XX, es lo que debemos impedir. Acciones como la felicitación del presidente estadounidense, Donald Trump, a su homólogo turco –y negacionista– Recep Tayyip Erdogan, para “felicitarlo por su victoria” en el cuestionado referéndum de reforma constitucional, a pocos días del 24 de abril, es una afrenta más, un error diplomático en el mejor de los casos que va en el sentido del olvido.

En sus primeros dos meses como presidente, Trump ha formulado una política exterior más basada en el pragmatismo que en el idealismo, en la que ha debilitado grandemente la tradicional defensa de Washington de los derechos humanos. Y eso es un problema para el mundo, sumado a su reciente propensión a la belicosidad.

En el plano local, la importantísima comunidad armenia en nuestro país muestra su estupor e indignación porque el canal Telefe estrena, el mismo 24 de abril, una serie de producción turca, titulada “El Sultán”. Podemos pedir por la revisión de esa poco afortunada coincidencia que, al igual que el saludo de Trump, queremos creer que ha sido producto del desconocimiento, de un desconocimiento que señala la pertinacia del olvido y la urgencia de la memoria.

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